¿Por qué
te eligió a ti
Lucas 9 :23-24
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera
salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ése la salvará.…
En Marcos 14:43-52 narra el suceso en donde Judas, que era uno de los
doce apóstoles llegó hasta donde estaba Jesús acompañado de mucha gente con
espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de
los ancianos, para entregar a su
Maestro. Es sorprendente leer esta porción de las Escrituras y darte cuenta de
que haya sido uno de sus propios discípulos de Jesús quien lo traicionó. ¿Por
qué escoger a alguien que más tarde te entregara a tus propios enemigos? ¿Por
qué enseñar a alguien que no quiso aprender para modificar su estilo de vida?
¿Por qué Jesús eligió como discípulo a alguien como Judas
Iscariote?, le preguntaron a un
pastor en el estudio bíblico. Ante esta inquietud inesperada, no supo qué
responder y dijo que les respondería más adelante. Luego de buscar, estudiar, y
de orar no halló ninguna respuesta convincente.
Pero un día, mientras meditaba sobre
este acertijo, le surgió otra duda y era: ¿por qué el Señor habrá
escogido a alguien como yo para que sea su siervo? Instantáneamente se quedó sin palabras ante esta duda tan
traumática y desafiante. No podía detener las lágrimas que corrían por su
rostro. Su corazón se quebrantó de arrepentimiento por la falta de lealtad, y
su pereza con que servía al Maestro. Y en segundo lugar pudo ver como una
película su vida estaba inmersa en el honor, en el dinero y en la fama. Todo lo
avergonzaba porque era tal cual Judas Iscariote. Al buscar una respuesta
señalando y acusando a Judas no encontraba una respuesta. No obstante, al girar
ese dedo y criticarse a sí mismo, supo la respuesta. El Señor no se equivocó en
su elección, sino que el problema es que quién fue elegido no supo atender a la
expectativa de quien lo llamó.
¿Por qué te eligió a ti? ¿Atiendes a la expectativa
de tu llamado? Nadie es digno de confianza hasta que se confía en
él. Judas recibió la misma oportunidad que también tú y yo hemos recibido de
parte de nuestro Maestro para ser uno de sus discípulos. En la lista de los doce discípulos de Jesús se encontraba el nombre de
Judas. Judas
fue llamado a cumplir con el propósito al igual que sus otros once compañeros.
El llamado para él es el mismo que tú y yo tenemos. El problema no escriba en
el llamado, sino el que lo recibe para llevarlo a cabo.
Es muy
fácil criticar el actuar de un Judas Iscariote, pero el desafio más grande de
cada uno de nosotros es evaluar nuestra posición y servicio que ofrecemos a
quien también nos escogió y nos llamó por nuestro nombre para llevar el mensaje
de la cruz a todo aquel que está perdido en la tinieblas de oscuridad.
No se
trata de ver quien es mejor o quien es peor, lo relevante es saber con
exactitud si tu o yo estamos atendiendo a la expectativa de aquél que nos llamó
para hacer su voluntad.
CONCLUSIONES
Nadie
es responsable de tu llamado, sino solo tú.
Es
fácil señalar los errores de los demás, o del mismo Judas; pero cada uno dará
cuenta de su llamado delante de Dios, y se requiere que todo discípulo sea
hallado fiel hasta el día de la muerte.
Nadie
es perfecto, pero todos somos perfectibles y cuando permitimos que el Espíritu
Santo guíe nuestras vidas, entonces podemos tener un final distinto al de
Judas.
REFLEXION
1.
Todo discípulo debe de cumplir con su labor dentro de la Obra de Dios,
¿sientes que no estás cumpliendo en tu labor como discípulo del Señor
Jesús?
2.
Todo discípulo respeta y vive bajo el Señorío de Cristo en su vida, ¿hay áreas de tu vida que no están sometidas a la
autoridad del Maestro?
3.
Judas tuvo la osadía de entregar a Jesús por unas monedas de plata, ¿y tú, por cuanto te
vendes para no cumplir como un discípulo fiel de Jesucristo?
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