Limpieza espiritual


2 Corintios 7:1
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

    ¿A quién no le gusta la idea de tener una casa limpia y ordenada? Lo que a la mayoría de nosotros no nos gusta es el esfuerzo que eso requiere. Sin embargo, limpiar y organizar la casa no es una tarea imposible. Todos tenemos las habilidades necesarias para desempolvar una superficie, o para poner las cosas donde deben estar. Solo que desearíamos no tener que hacerlo.
La acumulación y el desorden pueden hacernos perder tiempo y dinero, y al mismo tiempo crear tensión innecesaria. Además, da la imagen —falsa o verdadera— de una persona materialista, confundida o desorganizada.
Ahora, las consecuencias del desorden espiritual son mucho peores. Cuando tu no le haces frente a este desorden, las preocupaciones, los pecados, o los resentimientos y las amarguras que hay en su corazón pueden: Silenciar la voz de Dios, robarte la alegría, dañar tu testimonio, atrofiar tu crecimiento espiritual y poner en riesgo tus relaciones con la gente que te rodea.
Muchos cristianos quieren estar bien con Dios y ser efectivos en el ministerio, pero pocos quieren hacer lo necesario para lograr esos objetivos. Sin embargo, así como limpiar la casa es algo que toda persona puede hacer, mantener su vida espiritual en orden también es posible. Lo único necesario es compromiso y disciplina.
El apóstol Pablo nos exhorta a poner orden y limpiar nuestras vidas de toda contaminación de carne y de espíritu. Así como es fácil identificar las partes desordenadas y sucias de nuestra casa, también lo es para identificar aquellas áreas en donde nuestra vida espiritual refleja desorganización y descuido.
El eterno nos enseña que antes de empezar a edificar algo, debemos de poner en orden las cosas. En el principio la tierra estaba vacía y desordenada, para poder llenarla, tuvo que poner en primer lugar orden. Entendiendo esto, antes de llenarnos o anhelar grandes cosas o ministerios para nuestras vidas, debemos de poner un orden espiritual que nos permita obtener aquello que tanto procuramos.
La limpieza espiritual es más importante que cualquier otra tarea en tu lista de asuntos pendientes. Pero la buena noticia es que no tienes que salir de ese desorden por sí solo, ni depender de la ayuda de alguien que no entienda tus luchas. El Espíritu Santo puede darte el valor para poner en manos de Dios el caos de tu vida, y la sangre del Señor Jesús hace el trabajo de purificación que despeja la oscuridad.
No tenemos el por qué mantener desbarajustes y suciedad en nosotros. Hemos sido llamados a perfeccionar nuestra santidad en el temor del Señor. Recuerda que desorden genera más desorden, por lo que debemos de poner suma atención e importancia al estado de nuestras vidas para erradicar todo aquello que pueda estar causando estragos, confusiones y alejamiento ante Dios.

CONCLUSIONES
Muchos de los principios básicos de la limpieza general pueden aplicarse fácilmente a la vida espiritual, te sugiero el siguiente plan de acción:
Ora.- comienza pidiendo a Dios discernimiento en cuanto a lo que debe limpiar de tu vida, y también valentía para alejarse de esas cosas.

Pide ayuda.- mientras te encuentras en este proceso es posible que necesites la orientación de un mentor o de un amigo de confianza, o del apoyo en oración de seres queridos.

Haz una revisión completa.-  identifica actividades, relaciones, actitudes, e incluso cosas que dificultan tu caminar con Dios. Después, confiesa esas áreas que no están a la altura de lo mejor que Dios da y elimínalas de tu vida.

Ocúpate de una cosa a la vez.- no trates de revolucionar toda tu vida en un solo día. Comienza por el asunto más urgente que debes enfrentar, antes de pasar al siguiente.

Ten una estrategia. Determina cómo vas a mantener tu vida espiritual en orden. Podría ser fijando una hora para estar a solas cada día con el Señor, uniéndose a un grupo de estudio bíblico, o buscando ayuda de alguien a quien puedas rendir cuentas en cuanto a tu progreso.

            REFLEXION
1.     A la gran mayoría debiese gustarnos tener una casa limpia y ordenada, ¿cuál es la condición de la casa en que habitas?
2.     Compromiso y disciplina son necesarias para hacer limpieza y poner orden en la vida, ¿sueles contar con estas dos cualidades para mantener el orden y limpieza espiritual es tu diario vivir?
3.     La limpieza espiritual es más importante que cualquier otra tarea en tu lista de asuntos pendientes, ¿tomarás en serio este asunto para ponerlo como prioridad en tu vida?
4.     No tenemos el por qué mantener desbarajustes y suciedad en nosotros, ¿será tu desafío el sacudirte de estas cosas a partir de hoy?


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