Descubriendo tu vocación
2 Pedro 1:10
Por lo cual, hermanos, tanto más procurad
hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no
caeréis jamás.
En
el pasado Devocional hice hincapié a la “Decisión y Vocación” en nuestra vida espiritual
como cristianos. Ahora quiero hacerlo, pero dando el énfasis a la vida
profesional que todo ser humano, cristiano o no, debe de asumir.
Como maestro del nivel básico en
secundaria, me doy cuenta que un gran porcentaje de alumnos que egresan de este
nivel no tienen en claro la carrera que desean estudiar. No existe una
orientación de parte de sus padres y tampoco del servicio de orientación
vocacional en las Escuelas que los ayude o facilite a elegir una carrera que
vaya acorde a su vocación. Estos mismos alumnos llegan al termino de su nivel
medio superior (preparatoria, vocacional,
CBtis, Bachilleres, etc) y siguen con la misma incertidumbre de no saber
qué estudiar.
Vocación: deseo de emprender una carrera, profesión o cualquier
otra actividad cuando todavía no se han adquirido todas las aptitudes o
conocimientos necesarios.
Quiero contarles mi historia en cuanto este tema.
Recuerdo perfectamente que cuando yo estaba en primer grado de primaria, mis
hermanos mayores ya estaban haciendo sus prácticas como futuros Maestros. Ellos
fueron asignados para su prácticas en mi Escuela Primaria. Creo que desde allí
se empezó a despertar una inquietud por llegar a tener la misma profesión que
ellos. Tuve como practicante a una de sus compañeras, la Maestra Gisela, huauu!
Debió ver sido guapa, pues me causaba gran emoción al verla como mi maestra, y
más cuando al salir de clases mis hermanos la invitaban a comer a la casa. Si,
creo que desde que tenía CINCO años decidí ser Maestro, a pesar de que no sabía
en ese entonces que Dios me había dotado con el don de la Enseñanza. Llegó el momento de tomar la
decisión de qué estudiar. Cuando terminé la Preparatoria, vino en mi una
indecisión que no supe defender lo que yo sentía querer ser. Ante ello, mis
hermanos me animaron a presentar examen en la Universidad de mi estado, ellos
me decían que querían un Ingeniero en casa, pues ya estaba bueno de tantos
maestros (tres de mis hermanos tienen
esta profesión). Hice el examen, y hasta ahora no se por qué lo pase. Me
ubicaron en la carrera de Ingeniero Químico Industrial, huauuu!! Se oía
fantástico; pero para mi fue el semestre más desolador de mi vida. Yo sufría
por no estar contento con lo que estudiaba y también porque no le entendía ni
papa a las materias de esa carrera. Recorría en mi una súper angustia al no
acreditar las materias y al no atreverme a decirle a mi familia que eso no era
mi vocación. Al término del primer semestre me armé de valor y pedí que mis
hermanos y mamá me escucharan, y les dije: siento decepcionarlos, pero no puedo
ser el Ingeniero que ustedes quieren tener en casa. Es aflicción y angustia
para mí estar en la Universidad en algo que no es lo mío. Al término de lo que
hablé con ellos, mi hermano mayor hizo una pregunta: ¿y qué quieres estudiar? A
lo que respondí rápidamente: quiero ser
Maestro como ustedes tres.
Recientemente
cumplí 31 años de servicio como Maestro de Matemáticas de nivel Secundaria. Antes
de mi cambio de actividad, impartía semanalmente 30 hrs ante grupo y unas más
de servicio. Como pastor es una de las funciones que más me agrada: enseñar
a las personas con la Palabra de Dios. Puedo pasar horas compartiendo,
pues es mi pasión, es mi vocación, es con lo que fui dotado para ejercer y ser
de bendición para mis alumnos y miembros de la Iglesia que presido.
La gente que trabaja en algo que no estudió, es porque
se equivocó de carrera. No es necesario haber estudiado una profesión para
estar desarrollando aquello que te gusta y que es tu pasión. No puedes hacerlo
todo bien; pero si puedes hacer algo bien, concéntrate en tus puntos fuertes y
asegúrate de hacerlo.
CONCLUSIIONES
Cuando
entramos en lo que es nuestra vocación y hacemos aquello para lo que fuimos
llamados, el entusiasmo y la emoción emanan de nosotros.
Dios instaló en cada uno de
nosotros ciertas características, y si logramos descubrir cuál es nuestra
vocación y hacer aquello en lo que por naturaleza somos buenos, la vida se nos
hará mucho más placentera.
Debes asegurarte de explorar todas
las facetas de tus habilidades natas, y apegarte a ellas para lograr descubrir
tu vocación.
Muchos son el resultado de la
opinión o anhelo de lo que otros no alcanzaron
en la vida. Tendrás que sacudirte de todo aquello que no es parte de tu
propia vocación. Recuerda que tu vocación encaja
contigo a la perfección.
REFLEXION
1.
Tu vocación tiene que ver con lo que despierta
entusiasmo y emoción en ti, ¿a lo que te
dedicas está generando esto en ti?
2.
Tu vocación forma parte de los sueños y deseos que hay
en tu corazón, ¿trabajas en aquello que fue tu sueño desde
pequeño?
3.
Tu vocación está fuertemente ligada con tus talentos y
habilidades natas, ¿estás obteniendo grandes resultados en lo
que desarrollas por tu vocación?
4.
Tu vocación tiene que ver con algo que te guste y disfrutes
hacer, ¿recibes remuneración en tu trabajo por
hacer aquello que disfrutas hacer?
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