Hacer las cosas bien
HACER LAS COSAS BIEN
Marcos 7:37
Marcos 7:37
Llenos de admiración, decían: «Todo lo
hace bien. ¡Hasta puede hacer que los sordos oigan y que los mudos hablen!»
Ciertamente Jesús ya había estado en la región
de Decápolis (diez ciudades) y había
hecho el milagro de liberar a un endemoniado. Seguramente, esto hizo que la
gente ayudara a un sordo-tartamudo para que llegara hasta donde iba a pasar Jesús.
El Mesías lo sana de una manera muy en
particular (metió
los dedos en sus oídos y escupió en la mano para tocar la lengua de este hombre)
y dice la palabra que de inmediato fueron abiertos los oídos al varón y se le destrabó
la lengua. Estos hechos maravillaron a la gente y ésta estaba sumamente
asombrada y decían: ¡Todo lo hace bien!
Estoy contento que Willa Chen no estuvo en ninguna
clase conmigo. Willa Chen es lo que uno acostumbra a decir “una rompe récord”,
o sea, una persona que hace todo bien, cuando el resto batalla o sufre mucho en
hacerlo.
Un periódico de Detroit anunció que
Willa, una joven de 17 años de edad, obtuvo un puntaje perfecto en el ACT… y el
SAT… y en el PSAT. Para los que no son adolescentes, esos son exámenes que los
estudiantes deben tomar antes de aplicar a una universidad.
Las probabilidades de que un estudiante
obtenga una puntuación perfecta en las tres pruebas son casi tan buenas como la
posibilidad de que el agua corra colina arriba. No sucede. No puede suceder. Aun
así, Willa lo hizo.
Comencé a buscar información sobre
Willa. No fue muy difícil, ya que su nombre estaba por todos lados: fue
coronada como Miss Plymouth-Canton junior en el 2009, recibió becas en
las categorías de Aptitud Física, Auto-Expresión, Talento, Entrevistas y
Académicos. No pude menos que preguntarme: ¿Hay algo que Willa Chen no pueda
hacer?
La respuesta a esa pregunta es “Sí”.
Willa es espectacular, no hay duda de eso, pero no es perfecta. El problema del
pecado en mayor o menor escala en su vida, hace que no obtenga el 10 perfecto
como en la escolaridad. NO hay justo ni a un uno, pues todos de una u otra
manera fallamos en el examen de perfección de Dios.
Jesús todo lo hace bien. Este elogio de las
gentes, nos recuerda la creación: Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. (Génesis
(SBJ) 1,31). La gente quedó
completamente atónita y decían: «Hace todo muy bien. ¡Hasta puede hacer que los
sordos oigan y que los mudos hablen!» PDT
Podemos declarar tambien nosotros: Todo lo que hace
Dios en bueno y perfecto…Todo lo que hace Dios lo hace bien…Todo obra de Dios
nos deja perplejos!!!!!
Como seguidores de Jesucristo tenemos el desafío de
hacer las cosas como él las hacía, es decir, de manera correcta y bien hechas. Hay dos maneras de hacer todas las cosas,
una es hacer las cosas bien y la otra obviamente es hacer las cosas mal. Esto aplica para cualquier cosa que hagamos y de la
misma manera el resultado de lo que hagamos será de la misma naturaleza de las
acciones que tomemos. Cuando
hacemos las cosas bien tendremos buenos resultados y cuando
hagamos las cosas mal, tendremos malos resultados y esto no tiene excepción.
Siempre es más fácil dejar de hacer que hacer. Jesús siempre obtuvo
grandes y excelentes resultados, no por ser solo el Hijo de Dios, sino porque él
aprendió a hacer las cosas Bien.
CONCLUSIONES
No podemos esperar buenos resultados,
haciendo las cosas mal.
Las grandes empresas buscan la
excelencia y calidad en lo que producen motivando a su gente a hacer las cosas
bien.
Lo que frustra a las personas son sus
resultados, y todo resultado es proporcional a la manera en que lo
desarrollamos.
Si hago bien las cosas, obtendré excelentes
resultados; pero si hago mal las cosas, pésimos resultados serán los que me
acompañaran.
REFLEXION
1.
Imitemos a Jesús
para hacer bien las cosas, ¿tomás el
desafío para imitar al Señor Jesús en todo lo que hagas y emprendas?
2.
Se necesita poco para hacer las cosas bien, pero menos aún para hacerlas
mal, ¿tendrás el sello de identidad
de hacer bien las cosas a partir de hoy?
3.
JESÙS dijo: En verdad, en verdad os digo: el que
cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores que éstas
hará, porque yo voy al Padre. Juan 14:12. Las obras mayores son
la recompensa para las personas que saben HACER BIEN las cosas, ¿serás de las personas recompensadas
por hacer bien las cosas en tu vida?
4. Somos lo que
repetidamente hacemos. La excelencia no es, pues, un acto, sino un hábito, ¿cómo desarrollaras dicho hábito en tu
existencia?
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