Ordenando las cosas


Tito 1:5
            Te dejé en Creta para que pusieras en orden lo que quedaba por hacer y en cada pueblo nombraras[b] ancianos de la iglesia, de acuerdo con las instrucciones que te di.

            Es obvio que se piensa en ordenar algo cuando hay ciertos desordenes que nos invaden en lo que pensamos, decimos, actuamos o generamos. Cuando somos incitados a poner orden, es porque hay evidencias que nos señalan desorganización en algunas áreas de nuestra vida.
El orden es un valor que se aprende en el hogar y nos acompaña para toda la vida. Hay quienes son ordenados por naturaleza, pero para otros el orden es un valor que se debe adquirir. De cualquier forma, el orden es indispensable para triunfar en la vida y de ahí la importancia de educar a los hijos desde muy pequeños en este valor.
            Cuando hablamos de orden, no nos referimos solamente a la organización de las cosas materiales en nuestro hogar o espacio de trabajo. Somos también ordenados en la forma en que conducimos nuestra vida, en la forma de organizar nuestras ideas y hasta en nuestra presentación personal.
            Para adquirir este valor es necesario poner en marcha la fuerza de voluntad en pequeños detalles, que en su conjunto, forman hábitos de orden. Así cuando se les enseña a los niños a ser organizados en su pequeño mundo, aprenderán a ser adultos estructurados y al mando de su propia vida.
Para lograr que las personas asuman el orden como un valor que deben cultivar y no como un constante y tedioso mandato, sea de sus padres, maestros o mentores, es bueno explicarles las ventajas que trae para la vida el ser ordenado, por ejemplo:  impide que las cosas se caigan cuando se abren los armarios. Evita caídas y accidentes por tropezarse con objetos dejados en el piso. Al mantener las cosas en su lugar se hace la vida más fácil y no se pierde el tiempo tratando de buscarlas. Con cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa, los espacios del hogar lucen más bonitos. El ser ordenados también evita animales y plagas, pues el orden está ligado a la higiene, especialmente en áreas como la cocina y el baño de nuestra casa.
Como padres podemos establecer ciertas reglas que se deben respetar para mantener el orden establecido. Algunas de ellas son: La ropa sucia no se tira al suelo. Debe dejarse en el lugar indicado. Los desperdicios se arrojan al basurero. Las toallas se dejan colgadas en la percha. Al llegar del colegio las mochilas y el uniforme se dejan ordenados, no tirados en el suelo. Las llaves de la casa se colocan después de ser usadas en el llavero que debe de estar a un lado de la puerta principal.  Los platos y vasos que se utilizan deben ser regresados a la cocina. Al lavarse los dientes, la pasta de dientes se debe volver a tapar y el cepillo en su lugar habitual.
Cuando tu habitación está limpia y organizada, no te queda más opción que examinar tu estado interior. Puedes ver cualquier problema que hayas evitado y te enfrentas a él, Tan pronto como empiezas a organizar, te sientes obligado a reajustar tu vida. Como resultado, tu vida empieza a cambiar, Por esto la tarea de poner tu casa en orden debe hacerse rápido.
El versículo clave nos dice que el apóstol Pablo deja a Tito en Creta para poner orden en la Iglesia. Es muy probable que ante la ausencia de Pablo se hayan originado ciertas cosas que desestabilizaron a la congregación, y que era necesario poner autoridad para traer el orden requerido en la Iglesia de Creta. Como líderes/pastores o mentores somos los responsables de establecer dicho orden en el lugar en donde presidimos. Toda organización, limpieza y presentación hablará muy bien de nuestra propia casa, hogar e iglesia. Y finalmente recordemos, que desorden, genera más desorden. El antídoto para este mal, es la disciplina de mantener todo en orden y organizado.

CONCLUSIONES
El éxito no se logra sólo con cualidades especiales. Es sobre todo un trabajo de constancia, de método y de organización

Orden, limpieza y organización son las cualidades de alguien que se mantiene con paso firme hacia la cúspide.

Una vez que tienes compromiso hacia algo, es necesario orden y disciplina para llegar hasta el punto requerido.

Pregúntate si lo que estás haciendo hoy te acerca al lugar en el que quieres estar mañana, sin olvidar que la base de ello es el orden y la disciplina.

REFLEXION
1.     Ante el desorden la única opción es poner orden, ¿sueles hacerlo cotidianamente? ¿hay desordenes en tu vida que necesitan el debido orden?
2.     El orden es un valor que se aprende en el hogar y nos acompaña para toda la vida, ¿el orden es parte de tu existencia?

3.     Todo orden te lleva a reajustar tu propia vida, ¿estás consciente de este hecho? ¿valoras los reajustes que provoca el orden en tu diario vivir?

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   Pastor Oscar
   Correo: oscarhp07@hotmail.com
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