No a la jactancia


Proverbios 27:1-2
No te jactes del día de mañana, porque no sabes lo que el día traerá. No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben.

La jactancia es una actitud o acción de vanidad que algunas personas tienen al hacer alardes de sus propios logros, virtudes o cualidades como el desempeño en ciertas actividades, sin importarles sus propias debilidades.  La jactancia es la expresión de una persona en su definición de sí misma.
La gente que pisa los terrenos de la jactancia suele carecer de tacto y presumir su arrogancia como orgullo excesivo de sí mismo, colocándose valores y ensalzando sus cualidades que en muchos casos llegan al extremo hacia su persona, creando un halo de perfección a su alrededor, vanagloriando virtudes muchas veces inexistentes, y desempeño de un jactar de diversas acciones que lo llegan a identificar como un fanfarrón o petulante. Hacen entender  que la vida gira por ello y para ellos, sin darle el debido valor y respeto a la voluntad Divina o sea Dios, puesto que gracias a Él somos y estamos en esta tierra.
En la biblia se dan claros en ejemplos de personas jactanciosas como lo fue Moab, que resultó ser arrogante, soberbio, altanero y altivo de corazón, la humildad no reinaba en ninguno de sus actos: Moab se creyó superior al Señor. Pues ahora, ¡embriáguenlo, y dejen que se revuelque en su vómito! ¡Que se vuelva motivo de burla! Porque Moab también se burló de Israel. Cuando hablaba de los israelitas, se burlaba de ellos, como si los hubieran pillado robando Jeremías 48:26-27
Santiago describe al jactancioso con cuatro características (4:13-17) Primero, piensa que tienen derecho de estar donde quiera. Hoy y mañana iremos a tal ciudad. Segundo, piensa que tiene derecho de vivir lo que quiera. Estaremos allá un año. Tercero, piensa que tiene derecho de hacer lo que quiera. Y traficaremos y cuarto, piensa que tienen derecho de ganar lo que quiera.
La jactancia nos conduce a pretender manejar nuestra vida a nuestro propio gusto.  Los cristianos no nos pertenecemos a nosotros mismos, pertenecemos a aquel quien pagó el precio para comprarnos, al Señor Jesucristo. Nuestra vida por tanto no es nuestra. No podemos hacer lo que queramos con ella. Somos del Señor, no nos jactemos al manejar nuestra vida a nuestro antojo
Conducir nuestra vida como queramos, independientemente del Señor es jactancia y el que lo hace es jactancioso. En nuestro texto base nos dice: no te jactes del día de mañana; porque no sabes qué dará de sí el día.
Se cuenta la historia, que una de las actividades de Napoleón Bonaparte antes de partir a lo que se conoce como la campaña rusa, fue reunirse con una dama de la nobleza francesa, a quien quería impresionar contándole con jactancia algunos detalles de la próxima campaña militar. Esta dama quiso frenar en algo el ímpetu arrogante de Napoleón Bonaparte y le dijo: Señor, el hombre propone pero Dios dispone. A lo cual Napoleón Bonaparte respondió con jactancia: Madam, en mi caso, yo propongo y también yo dispongo. Unos pocos meses más tarde, Dios vindicó su soberanía dando a Napoleón una humillante retirada, la pérdida de la corona, la pérdida de su ejército y la pérdida de su libertad. Te das cuenta de cuán peligroso es jactarse sin tomar en cuenta a Dios en nuestras vidas?

CONCLUSIONES
La jactancia, como la armadura dorada, no es lo mismo por dentro que por fuera.

El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece (1 Co 13:4)

La jactancia que se alimenta con la vanidad, termina en el desprecio.

La jactancia que provoca el no tomar en cuenta a Dios en su vida, tarde o temprano lo llevará al fracaso o a la derrota.

            REFLEXION
1.     La jactancia es una actitud o acción de vanidad que algunas personas tienen al hacer alarde de sus alcances, ¿cómo logras dominar a la jactancia en tu vida?
2.     La gente que pisa los terrenos de la jactancia suele carecer de tacto y presumir su arrogancia, ¿eres afectado por la jactancia en tu relación con tus semejantes?
3.     La jactancia nos conduce a pretender manejar nuestra vida a nuestro propio gusto ni tomar en cuenta a Dios en nuestros planes, ¿es Dios prioridad en tu vida?
4.     No te jactes de ti mismo; que sean otros los que te alaben, ¿este será tu desafío como un seguidor de Cristo?

   ________________________________________________________________
   Pastor Oscar
   Correo: oscarhp07@hotmail.com
   Invitaciones a conferencias/seminarios


Comentarios

Entradas populares de este blog

Somos deseables para Dios

Las consecuencias de vivir en la carne

Vestíos de amor