Sujetando a nuestros pensamientos
2 Corintios 10:5
Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra
la ciencia de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia del
Cristo.
No es
nuevo saber que es sumamente poderosa nuestra mente. Es ella lo que te puede
obligar a tener algún vicio en tu vida, o crearte una una crisis de ansiedad
que hace que pienses que estás al borde de la muerte, o llevarte a esferas de
superación que van más allá de tus propias expectativas.
Es en
nuestra mente que se albergan toda clase de pensamientos que se pueden llegar a
convertir en palabras, acciones y destino. Alguien ha dicho que el ser humano
es lo que él piensa. Y es verdad, pues tu entorno y vida se desarrolla conforme
a lo que tus pensamientos te impulsan a ser en cada acto día con día.
En
nuestra vida cotidiana podemos encontrar numerosos ejemplos de cómo nos influye
el poder de nuestros pensamientos, desde efectos con consecuencias negativas o
también positivas. Por ejemplo, cuando repetimos frases como: esto me da miedo,
no voy a ser capaz, o los demás son mejores que yo, se genera una expectativa
negativa ante una situación y nos estamos conduciendo hacia el mismo fracaso.
En cambio, cuando decimos frases como: soy fuerte y puedo lograrlo, soy capaz de
lograr las cosas, soy esforzado y valiente para enfrentar cada circunstancia de
mi vida, tengo dones y talentos para lograr lo que me propongo, se desarrolla
una expectativa positiva que nos puede conducir al éxito.
He
enseñado que la mente es el campo de batalla en donde todos los días tenemos
que batallar de manera interna con cada pensamiento que albergamos en la misma.
Los pensamientos positivos se enfrentan a los negativos; los malos deseos con
los buenos; el impulso a obrar bien o hacer lo contrario; levantarte con ánimo
o de manera desanimada; ver las cosas de forma positiva o negativa; tener un
espíritu de amor o de odio; generar una buena acción o pensar en perjudicar a
nuestro prójimo, upsss, todo esto y más se genera en nuestra mente a causa de
los pensamientos que logran penetrar en la vida de las personas.
¿Quién
ganará? Tus pensamientos pueden convertirse en tus mayores aliados o en la peor
de tus pesadillas. Su poder es enorme. Es capaz de impedirte salir de casa por
miedo a un accidente o meterte en una laguna de vicios, drogas, pornografía,
hechos equivocados, etc. Sin embargo, también puede ser utilizado en nuestro
favor, puede ser un gran aporte a nuestras vidas y ayudarnos a perfeccionarnos
de manera increíble en todo lo que podemos emprender.
Ante
todo lo anterior, te sugiero que atendamos a la recomendación del apóstol Pablo
de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Esto significa que
debemos de procurar someter cada pensamiento que llegue a nuestra mente a
vincularse con la Palabra, pues esto hará que lo que pensemos esté ligado de
forma íntegra a la Voluntad de Dios. La Voluntad de Él es buena, agradable y
perfecta, por lo que, cuando logramos que nuestros pensamientos queden
capturados en el señorío de Cristo, obtendremos palabras y acciones que sean
gratas en nuestra vidas y glorifiquen al Señor en cada hecho que llevemos a
cabo.
Uno es
el responsable de su mente y de lo que se adhiere a ella. Uno tiene la
capacidad de restringir la entrada a pensamientos sucios y que no glorifican a
nuestro Dios. Uno tiene el derecho de aceptar solo aquello que le puede
edificar y hacer que seamos mejores como individuos. Uno determina lo que vive
a través de cada pensamiento que se procesa en nuestro cerebro. Y finalmente,
uno es la suma de todos nuestros pensamientos, palabras, acciones y decisiones.
CONCLUSIONES
El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre
piensa todo lo que dice.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que
determina, o más bien indica, su destino.
El pensamiento es la semilla de la acción, y la
acción es la semilla de tu destino.
La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo
que uno dice y lo que uno hace, están en armonía con los principios de Dios.
REFLEXION
1. Cada pensamiento es esencial para determinar nuestra manera de actuar, ¿logras
meditar en tus pensamientos antes de actuar?
2. Nuestra vida es el resultado de los pensamientos que albergamos en
nuestra mente, ¿qué tipo de pensamientos son los que
dominan en tu diario vivir?
3. Llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo es el consejo
del apóstol pablo para vivir una vida acorde a la voluntad de Dios, ¿tus
pensamientos se someten a la obediencia del Señor?
4. El mejor día de tu vida es cuando tus pensamientos, palabras y hechos
están en armonía con los Principios del Eterno, ¿vives cada día logrando
lo anterior?
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Pastor Oscar
Correo:oscarhp07@hotmail.com
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