La iniquidad
Ezequiel
28:15 y 18
Perfecto
eres en y todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló
en ti maldad
Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de4 tus
contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues saqué fuego de en medio de ti,
el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos
los que te miran.
¿Qué es la iniquidad? Del
gr. Anomía, que viene de “anomos” y significa: sin ley, El que viola o
transgrede la ley. En el hebrero la raíz etimológica es: “akjoakjl” y
significa: mala raíz, torcer algo.
El origen de la iniquidad está en la
caída de Luzbel. Al verse lleno de belleza y perfección le da cavidad a un
PENSAMIENTO que lo lleva a desalinearse de Dios. La iniquidad es suma de todos
los pensamientos torcidos, o la suma de la maldad del hombre. La iniquidad es
el cuerpo del pecado. Es como un cordón espiritual, en donde se van grabando
todos los pecados del hombre y que puede heredar a sus generaciones. El cuerpo de
pecado se origina en el espíritu e invade el alma y cuerpo: es como un todo que
ensucia el cuerpo.
La iniquidad hace un
camino de una falsa santidad. La iniquidad te liga al mundo espiritual de las
tinieblas. Es la puerta en donde el enemigo te puede engarzar con las
maldiciones de nuestros antepasados. Es en donde se arraigan las bases legales
de enfermedades que se transfieren de padres a hijos y nietos. Es en donde se
encuentra la “legalidad” de Satanás para robarnos y oprimirnos1
La opresión te priva
de recibir la plenitud de las bendiciones de Dios. Es en donde se cocina toda
clase de pecado que se puede manifestar a través de las transgresiones en la
vida del hombre: “…sino que cada uno es tentado, cuando
de su propia concupiscencia es atraído y seducido”. “Entonces
la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado,
siendo consumado, da a luz la muerte1
Puedes pecar una y
otra vez y arrepentirte; pero mientras esté activa la puerta de la iniquidad en
tu vida, el mal persistirá.
Toda
iniquidad se opone a la Justicia Divina. La solución a la iniquidad está en la determinación de cada uno que está
inmerso en ella, es decir, querer renunciar a ella.
La Sangre de Jesucristo te limpia de
todo pecado y de toda iniquidad…solo tienes que permitir que Dios obre en tu
vida para que sea quitada la iniquidad y perdonado tu pecado.
CONCLUSIONES
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de
hacer bien una vez al año.
Todo mal se vence haciendo el bien. Cuando se puede evitar un mal, es
necedad aceptarlo.
Quien no castiga el mal, ordena que se haga y lo peor que hacen los
malos es obligarnos a dudar de los buenos.
Jamás es excusable ser malvado, pero hay cierto mérito cuando uno se
arrepiente para vivir de manera diferente.
REFLEXION
1.
La
iniquidad es algo que puede estar oculto en tu vida, ¿te
está manipulando y no has querido renunciar a ella?
2.
El pecado
es la evidencia de la iniquidad, ¿batallas
bastante con transgresiones que nos has podido vencer?
3.
La única
manera de que la iniquidad no esté màs en tu vida es que tú renuncies a
ella, ¿estás
dispuest@ a pedir que la Sangre de Cristo la quite de en medio de ti y seas
libre de la opresión del enemigo?
1Santiago
1:14-15
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Pastor Oscar
Correo: oscarhp07@hotmail.com
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Recibo palabra en el nombre de Jesús amén
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