Desde mi juventud
Lamentaciones 3:27
Bueno le es al hombre llevar el yugo
desde su juventud.
Siempre he dicho que mi
testimonio no tiene mucho impacto, así como puedo escuchar de otros que antes
de conocer de Cristo tuvieron una vida llena de esas cosas que el mundo te
ofrece para llevarte por el camino de la perdición. Yo empecé a tener noción de
las cosas de Dios como a la edad de 10
años. Aunque solo asistía a la Iglesia cuando me encontraba de vacaciones con
unos tíos que eran cristianos. Desde allí me di cuenta que me agradaba saber un
poco de la Palabra de Dios. Fue hasta los 14 años, a raíz de que muere uno de
mis hermanos, que mi mamá tomó la decisión de una búsqueda implacable de Dios y
de su Palabra. Como era el hijo menor, me correspondía a mí acompañarla al
templo. Para ese entonces, ya recuerdo que era parte de un grupo de adolescentes,
que tenía una maestra, que domingo a domingo no fallábamos a los cultos, que el
pastor y su esposa nos visitaban más seguido en casa, que participaba en
papeles de relleno en las obras de teatro de fin de año que se hacían en la
congregación.
Pero fue hasta los 17
años que por iniciativa y voluntad propia, decidí aceptar a Jesucristo como mi
Señor y Salvador. Recuerdo perfectamente como en una banca del templo estaba yo
en un llanto que inundaba mi ser, ¡estaba
aceptando la invitación personal del Señor Jesucristo! A esta edad hice mi
primer viaje misionero a la sierra de Oaxaca al lado de mi pastor. Fue un 3 de
enero que me bauticé e hice el compromiso de amar, servir y obedecer a mi Dios
con todo mi corazón, con todas mis fuerzas, con toda mi mente y con todo mi
ser.
Conocer a Jesucristo y
llevar su yugo desde mi juventud ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida. No
envidio nada de lo que el mundo me pudo ofrecer: ni vicios, ni drogas, ni
parrandas, ni discotheques, ni irme de pinta, ni los bailes, bueno…ya ni los
carnavales de mi natal Tlayacapan que tanto me gustaban y que era mi sueño de
niño andar en ellos. Estar en Cristo desde joven es tener una vida diferente a
los demás. Estar en Cristo desde los años hermosos de tu vida, es una
oportunidad para darle lo mejor a Él. He disfrutado de mi vida al lado de quien
me dio vida: Jesucristo. Ha sido la
mejor vida, sirviendo a quien dio su vida por mí.
Aprendí a estar en las
cosas de mi Dios. En toda actividad que tenía mi Iglesia, allí estaba yo. Me
involucré en cuanto ministerio me permitían participar. Tuve el privilegio de
ser el escudero de mi pastor durante dos años, eso fue emocionante, el verme al
lado de él para visitar a algunos miembros, ir a otras congregaciones a donde
lo invitaban a predicar, estar en su casa y sentirme como de su familia. Formé
parte del culto como maestro de Escuela Bíblica y ser el organista del
culto dominical y de media semana, huauuu!!!...no lo cambio por nada. A la edad
de 19 años yo acepte el llamado del Señor para ser pastor. A los 21 yo estaba
saliendo de mi Iglesia para ir como misionero a la Col. Del Polvorín y antes de
casarme ya estaba organizando la primera Iglesia a la que tuve el privilegio de
ser su pastor al lado de mi esposa.
Mi vida de joven no fue aburrida como muchos podrían llegar a pensar.
Estar inmerso en el río de Dios es un deleite cuando amas a Dios por sobre
todas las cosas. No fui conocido en mi Iglesia por mis grandes talentos o
dones, más bien, me conocieron por mi constancia, por mi amor a la Obra, por mi
sujeción a mis pastores y líderes, por ser el único joven de esa época que
cumplió con el sueño de nuestro pastor…ser un pastor.
Después de 25 años de
casado, puedo ver conmigo a mi hermosa familia. Con tres hijos brillantes y ya
dos de ellos en su plenitud como jóvenes. Los veo amar y servir a Dios tal como
yo lo hice a su edad. Sé que ellos van para algo grande en su vida secular y
dentro del ministerio. Si en algo me puedo gozar, es en el haber formado al
lado de mi esposa a nuestros hijos que han querido llevar el yugo de Jesucristo
desde su juventud. Termino diciendo: no solo es bueno llevar el yugo de Dios
desde nuestra juventud…es buenísimo!!!!
CONCLUSIONES
La Biblia exhorta a todos los jóvenes diciendo: acuérdate
de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los días en los
cuales digas no tengo en ellos contentamiento1.
También les aclara a los jóvenes que pueden gozarse en los días de su
juventud; pero que deben de recordar que sobre todas las cosas, les juzgará
Dios2.
Cuando aprendes a llevar el yugo del Señor
desde tu juventud, va a ser muy difícil que las adversidades o tentaciones
puedan hacer mella en tu vida.
El Apóstol Pablo desafía a
Timoteo, que era un joven que se iniciaba en el ministerio diciéndole: ninguno tenga en poco tu juventud, sino se ejemplo de los creyentes en
fe, palabra, amor y conducta3.
Los jóvenes de nuestra iglesia deben de marcar la pauta, y lo harán
teniendo una vida rendida a la obediencia hacia Dios.
REFLEXION
1.
Dijimos
que muchos jóvenes de nuestra sociedad están esclavizados en el pecado, por
cierto, ¿tú como joven cristiano, a cuántos de tus
amistades les has testificado de Cristo?
2.
Llevar el
yugo de Cristo desde nuestra juventud es lo mejor para nuestras vidas, ¿estás batallando para rendir tu voluntad a la voluntad
de Cristo?
3.
Como joven
cristiano en tu Iglesia: ¿estás pasando desapercibido porque no estás participando como debiese
ser en algún ministerio? ¿el mundo y tus
amistades te están alejando de las cosas de Dios?
1Eclesiastés
12:1
2Eclesiastés
11:9
31 Timoteo
4:12
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pastor Oscar
correo: oscarhp07@hotmail.com
Invitaciones a conferencias/seminarios
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