Mi relación con el Espíritu Santo


Joel 2:28-30  
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.  Y aun también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.  Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

La evidencia palpable del Espíritu Santo en tu vida, se llama Unción. La Unción está en tu piel, de pies a cabeza. Joel lo dice muy claramente: derramaré mi Espíritu sobre toda carne”. Ese derramar yo lo identifico como “el bautismo del Espíritu Santo”. Dios te sumerge en Su Espíritu para que tú seas lleno, empapado, revestido,  de lo que Él es, y que vierte en tu carne, en tu piel, en tus huesos, en cada parte de tu cuerpo, en tus palabras, en tu soplo.
Un caso especial que detalla esto que estoy compartiendo, se encuentra en la vida de Eliseo. Él recibió doble porción del Espíritu. Eliseo con ello empezó a involucrarse en las cosas sobrenaturales, pues el ser llenos del Espíritu Santo, te permite estar en las señales y prodigios que están descritas en Marcos 16. En Eliseo había Unción en sus palabras, en sus manos al orar por los enfermos, en las acciones que hacía para ser portador de milagros en su época.
Observa la siguiente narración de 2 Reyes 4:32-36     Cuando Eliseo entró en la casa, el niño ya estaba muerto, tendido sobre la cama. 33 Entonces entró, y cerrando la puerta se puso a orar al Señor. Sólo él y el niño estaban adentro. 34 Luego se subió a la cama y se acostó sobre el niño, colocando su boca, sus ojos y sus manos contra los del niño y estrechando su cuerpo contra el suyo. El cuerpo del niño empezó a entrar en calor. 35 Eliseo se levantó entonces y anduvo de un lado a otro por la habitación; luego se subió otra vez a la cama y volvió a estrechar su cuerpo contra el del niño. De pronto el muchacho estornudó siete veces, y abrió los ojos. 36 Eliseo llamó a Guehazí, y le dijo:
—Llama a la señora sunamita.
Guehazí lo hizo así, y cuando ella llegó a donde estaba Eliseo, éste le dijo: —Aquí tienes a tu hijo.
Te das cuenta que ni siquiera oró por el muchacho. Solo se acostó sobre el niño, en otras palabras, permitió que la Unción de su cuerpo se transfiriera en el cuerpo del muchacho. Tal como lo hizo también el Apóstol Pablo en Hechos 19:1-7 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,
les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.
Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.
Eran por todos unos doce hombres.
Esto significa que puedo compartir, ministrar, vaciar, etc., la Unción que recibo cotidianamente por medio del Espíritu Santo. Ahora comprenderemos mejor cuando la Palabra declara: sed llenos del Espíritu. ¿Cuándo tienes la necesidad de ser lleno? Cuando estás vacío… ¿cuándo te vacías? Cuando compartes en otros la Unción, cuando sale poder de ti.
Algo más sobre la vida y ministerio de Eliseo, es que aun estando ya su cuerpo muerto, éste seguía portando Unción: Y cuando estaban sepultando a un hombre, he aquí, vieron una banda de merodeadores y arrojaron al hombre en la tumba de Eliseo. Y cuando el hombre cayó y tocó los huesos de Eliseo, revivió, y se puso en pie. 2 Reyes 13:21

Cuando tu vida anhela cumplir el propósito de Dios, entonces vas anhelar también tener la llenura del Espíritu Santo. Dios no concede de Su Poder a quien no esté dispuesto a andar en aquello que solo la Unción te puede llevar. Eliseo anhelo algo más que su maestro; pero también estuvo dispuesto a llevar a cabo el doble de lo que hizo Elías.
Termino diciendo que mucha gente quiere UNCIÓN; pero no está dispuesta a pagar el precio. La Unción demanda Comunión, Santidad, Consagración, Obediencia y Servicio.

            CONCLUSION
 Muchas Iglesias se conforman con saber del Espíritu Santo a través de las Escrituras. La Unción y la llenura, están más allá de un simple conocimiento bíblico.

La Unción es relación, la Unción son cosas sobrenaturales, la Unción es tarea, la Unción es llenar y verter, la Unción son manifestaciones, la Unción es dependencia, la Unción son locuras, la Unción es vivir bajo autoridad, la Unción son nuevos niveles, la Unción es amor por las almas, la Unción es salir de tu comodidad, la Unción es renovación, la Unción, la Unción, la Unción

            REFLEXION
1.     El Espíritu Santo es una persona que quiere relacionarse contigo, más que por un conocimiento bíblico, lo quiere hacer de una manera vivencial, ¿estás listo para anhelarlo, pedirlo y vivirlo?
2.     Como Iglesia la mayoría sabemos acerca de la Unción del Espíritu Santo, ¿cómo estás desarrollando el propósito de la misma en tu vida y ministerio?

3.     La Unción sigue siendo la misma que tuvo Elías y Eliseo. Y es la misma porque el Espíritu sigue siendo el mismo, ¿estás siendo lleno del Espíritu Santo? ¿quieres doble porción del Espíritu?

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