Revueltas de familia
Génesis 25:23
y el Señor
le respondió: «En tu seno hay dos naciones. Dos pueblos serán divididos desde
tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al
menor.
No es grato recibir este tipo de mensajes; el saber que
van a existir problemas dentro de la familia no es sencillo. Cuando Isaac ora
por su esposa que era estéril, recibe esta contestación: en tu seno hay dos naciones, dos pueblos serán divididos desde tus
entrañas. La vida familiar en el hogar de Isaac iba a
complicarse tarde o temprano. Un conflicto entre gemelos que empezaba desde el
vientre de su madre, continuó hasta la vida adulta de Esaú y Jacob. Se
agudizó más la problemática cuando la mamá toma partido por el hijo menor y el
papá se inclina por el primogénito. La
historia de esta familia seguramente ustedes la conocen, y podrán acentuar que
se manifestó una marcada manipulación que desató de manera rápida la división
familiar ya anunciada previamente.
Rebeca al apoyar al hijo
menor, hace que éste obtenga la bendición del padre en lugar del primogénito.
Jacob siempre obtuvo lo que se propuso: derecho
a primogenitura, bendición, esposa, ganado; pero esto también le originó el
que tuviera que pagar un alto precio:
apartado del padre y del hermano disensiones en su propio hogar, rencor hacia
su familia política y continua ansiedad.
Por su parte Esaú, mostró un
desinterés a lo que le correspondía por derecho. Cuando quiere reaccionar, era
ya demasiado tarde. Ante esto, toma una actitud de rencor y odio hacia su
hermano al grado de querer acabar con él. Seguramente las relaciones con su
madre se deterioraron bastante y termina saliéndose de su casa para preparar el
plan de venganza hacia su propio
hermano.
La manipulación seguramente
causó muchos estragos en la vida de Isaac y Rebeca, el hermetismo y la tensión
en su relación tuvo que afectar otras áreas dentro del hogar. Como familia se
dejaron llevar por todas las circunstancias que eran en su contra, y poco
hicieron por superar esta situación que les agobió por mucho tiempo.
Entendemos que nadie
quisiera tener divisiones en el hogar; que no nos agrada tener a unos padres
manipuladores; que se sufre demasiado cuando entre hermanos se odian; que se
rompa el vínculo de la unidad en el seno familiar por situaciones en donde no
se puso el orden debido; que se viva en medio de la tensión y la ansiedad por
causa de no llevarse bien con los demás miembros de la familia. Pero la
pregunta del millón es: ¿qué se hace
por romper con este tipo de maldiciones que agobian a las familias? ¿Qué
estamos dispuestos a corregir como padres e hijos para que los lazos familiares
mejoren?
Recientemente obtuve esta
información que contiene 10 consejos para las buenas relaciones en la familia:
1. Estén consientes de que son
padres para todos sus hijos, aunque ellos tengan diferentes rasgos, cualidades,
temperamentos y carácter.
2. No manipulen la vida de sus
hijos para encontrar un beneficio en lo personal o para ponerlos en contra de
ustedes mismos.
3. Dejen que sus hijos se
cuiden entre sí.
4. Respeten las características
personales de cada miembro de la familia.
5. Denle al primogénito la
atención que merece.
6. Acepten los conflictos, no
los repriman; pero trabajen en su solución antes de que los consuman.
7. Escuchen las quejas y puntos
de vista de los demás miembros de la familia y reconozcan lo que les preocupa a
cada uno en lo particular.
8. Ayúdense mutuamente a
manejar adecuadamente su temperamento.
9. Pasen del conflicto a la
reconciliación.
10. Nunca renuncien a ser una
familia unida.
El secreto de una familia unida es aprender a convivir
con los demás miembros. Entendemos que no existen
miembros perfectos en ninguna familia; pero todos son perfectibles. Las características de alguien que mantiene el vínculo de la convivencia
son :
a) Dan y reciben atención.
b) Dan y reciben afecto y ayuda.
c) Expresan sus necesidades, sus sentimientos y sus
derechos de manera aceptable.
d)
Saben
comunicarse eficazmente.
CONCLUSIONES
El final de la historia de la familia de Isaac quizás no fue la que
ellos esperaban tener:
·
Isaac muere teniendo la zozobra de que sus hijos se odiaban a muerte.
· Rebeca tuvo que vivir por un
buen de tiempo con la incertidumbre de
que es lo que pasaría en el día en que sus hijos se volvieran a encontrar.
·
Pasaron muchos años para que se diera el encuentro entre Esaú y Jacob, y
en este tiempo sus vidas estuvieron dañadas por todo lo malo que sentían el uno
al otro.
·
Al final, por gracia de Dios se encuentran como hermanos y se perdonan
mutuamente; pero, ¿por qué dejar pasar el tiempo para una reconciliación?
·
Esaú y Jacob perdieron años maravillosos de sana convivencia entre ellos
y con sus padres.
REFLEXION
1.
Todos
pertenecemos a alguna familia, que sin duda alguna no es perfecta y tiene su
propia historia, como miembro de ella, ¿qué
has hecho para que tenga una mejor convivencia?
2.
La mala
relación de hermanos entre Esaú y Jacob
casi los lleva a un enfrentamiento a muerte, por cierto, ¿cómo es tu relación con tus herman@s?
3.
La
relación que mantenemos en la Iglesia es como la de una familia, en donde si no
sabemos resolver los conflictos y aprendemos a tener una convivencia sana, nos
puede llevar a tener relaciones rotas y estragos en nuestra vida como
cristianos. La solución a lo anterior no es irte de una iglesia para irte a
otra. Tenemos que aprender a desarrollar las cualidades de una familia que se
sabe amar, comprender y convivir, ¿estás dispuesto
a desarrollar estas cualidades en tu familia e iglesia?
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Pastor Oscar
Correo: oscarhp07@hotmail.com
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