La verdadera amistad
Juan 15:13
Nadie tiene
amor más grande que el dar la vida por sus amigos
Proverbios 17:17
En todo
tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.
Un gusano y un
escarabajo eran amigos y se pasaban charlando largas horas.
El escarabajo estaba consciente de que su amigo
el gusano era muy limitado en movilidad, tenía visión muy restringida y era muy
tranquilo y pasivo comparado con los escarabajos.
El gusano, por su parte,
estaba muy consciente de que su amigo el escarabajo venía de otro ambiente, y
de que, en comparación con los gusanos de su especie, comía cosas
desagradables, era muy acelerado, tenía una imagen grotesca y hablaba con mucha
rapidez.
Un día, la compañera de
vida del escarabajo le cuestionó a éste su amistad con el gusano, preguntándole
cómo era posible que caminara tanto para ir al encuentro de un ser tan
inferior, un ser tan limitado en sus movimientos, y por qué seguía siendo amigo
de alguien que ni siquiera le devolvía los saludos efusivos que el escarabajo
le hacía desde lejos.
Pero el escarabajo estaba
consciente de que, debido a lo limitado de su visión, el gusano muchas veces ni
siquiera veía que alguien lo saludaba, y, si acaso llegaba a notarlo, no
distinguía si era o no el escarabajo, y por ello no contestaba el saludo. Sin
embargo, el escarabajo calló para no discutir con su compañera.
Fue tanta la insistencia de
la escarabaja y tantos sus argumentos cuestionando la amistad que su compañero
mantenía con el gusano, que el escarabajo decidió poner a prueba esa amistad
alejándose del gusano para esperar a que éste lo buscara.
Pasó el tiempo, y un día
llegó la noticia de que el gusano estaba muriendo, pues su organismo se había
resentido por los esfuerzos que cada día hacía para ir a ver a su amigo el
escarabajo y, como no lo conseguía durante toda una jornada diurna, el gusano
tenía que devolverse sobre sus pasos para pasar la noche en el refugio de su
propia casa.
Al saber esto, el
escarabajo, sin preguntar a su compañera, decidió ir a ver al gusano. En el
camino se cruzó con varios insectos que le contaron de las diarias en
infructuosas peripecias del gusano para ir a ver a su amigo el escarabajo y
averiguar qué le había pasado. Le contaron de cómo se exponía día a día para ir
a buscarlo, pasando cerca del nido de los pájaros. De cómo
sobrevivió al ataque de las hormigas, y así sucesivamente.
Llegó el escarabajo hasta
el árbol donde yacía el gusano esperando ya el momento final. Y al verlo a su
lado, el gusano, apenas con un hilo de vida, le dijo al escarabajo cuánto le
alegraba ver que se encontrara bien. Sonrió por última vez y se despidió de su
amigo sabiendo que nada malo le había pasado a éste.
El escarabajo sintió
vergüenza por haber permitido que las opiniones de otros minaran su amistad con
el gusano, y sintió dolor por haber perdido las muchas horas de regocijo que
las pláticas con su amigo le proporcionaban y, sobre todo, por haberle puesto
en una situación que le causó la muerte. Al final entendió que el gusano,
siendo tan diferente, tan limitado y tan distinto de lo que él era, era su
amigo, a quien respetaba y quería porque, a pesar de pertenecer a otra especie,
le había ofrecido su amistad.
Y así aprendió varias
lecciones ese día:
1.
La amistad está en ti y no en los demás. Si la
cultivas en tu propio ser, encontrarás el gozo del amigo.
2.
El tiempo no condiciona las amistades. Tampoco lo
hacen las razas ni las limitantes propias o las ajenas.
3.
El tiempo y la distancia no son los factores que
destruye una amistad. La destruyen las dudas y nuestros temores.
4.
Cuando pierdes
un amigo, una parte de ti se va con él. Las frases, los gestos, los temores,
las alegrías, las ilusiones, todo lo que ambos compartieron en el tiempo, se va
con él.
Hoy hemos aprendido a
través del gusano y el escarabajo el valor de una verdadera amistad. No sé con
cuál de los dos te identifiques o ante una amistad cuál de los dos te
corresponda ser. Como gusanos,
busquemos día a día a nuestros amigos; Como escarabajos, no prestemos oído a
las críticas en contra de nuestros enemigos, vengan de donde vengan. Como
gusano, ignoremos lo grotesco que puedan parecer nuestras amistades. Como escarabajo, hagamos uso de nuestras
habilidades para servir a nuestros amigos
CONCLUSIONES
Si tienes un amigo no pongas en tela de juicio
lo que él es, pues sembrando dudas cosecharás temores.
No te fijes demasiado en cómo habla, cuánto
tiene, qué come o qué hace, pues con ello estarás echando en saco roto tu
confianza.
Reconoce la riqueza de quien es diferente a ti
y, aún así, está dispuesto a compartir contigo sus ideales y temores.
La esencia del gusano y el escarabajo se
volvieron una sola en el plano más allá de esta vida.
REFLEXION
1.
La
historia del gusano con el escarabajo es parecida a la de un David con Jonatán,
que hermoso es dar la vida por nuestros amigos, y tú, ¿vives
en la soledad o estás rodeado de grandes amig@s?
2.
Las cuatro
lecciones que nos brinda esta historia del gusano con el escarabajo son únicas
y representan un desafío para todo aquel que quiere tener amigos, ¿cuáles son las características que te identifican a ti
en lo personal como un buen amigo (a)?
3.
En todo
tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia, ¿has estado en los momentos difíciles en lo que han
atravesado tus amigos?
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