A seguir empujando
Josué 1:9
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé
fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará
contigo dondequiera que vayas.
Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero
tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: "Necesito
que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y
noche durante un año".
El hombre quedó perplejo
cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca
de varias toneladas que Jesús le mostró. Empezó a empujarla con todas sus
fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro.
A las pocas semanas llegó
el diablo y le puso pensamientos en su mente: ¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que
me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido
que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover.
El hombre trataba de pedirle
a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se
mantuvo en pié con su decisión de empujar. Con los meses, desde que se ponía el
sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder
moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se
hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo
el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la
piedra ni un centímetro.
Y se sentó a llorar
amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese
momento y le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que
empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio
mírate, tu problema físico ha desaparecido. No has fracasado , yo he conseguido mi meta, y tú
fuiste parte de mi plan".
Muchas veces al igual que
este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de
la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y
viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no
podemos seguir.
El día de hoy es un llamado
a "empujar" sin importar
qué tantos pensamientos de duda ponga el enemigo en nuestras mentes, pongamos
todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder
el tiempo, más bien, ¡nos hará ser más fuertes!
La encomienda para Josué
era complicada: ser el líder que tuvo que motivar a un pueblo entero para
llevarlo a la conquista1. Josué había sido testigo de los 40 años en
que estuvo Israel en el desierto. Sabía de la problemática tan pesada que
representaba ser el líder de ellos2.
Quizás a la convocatoria
que había lanzado Moisés para buscar a su sucesor, solo se habían anotado unos cuantos,
entre ellos estuvo Josué3. Aceptó el reto de empujar, de motivar, de
dirigir y de presidir a todo un pueblo. Josué tuvo en claro que la encomienda,
la victoria y la conquista no dependía de su capacidad, sino del Poder de Dios
que iba a obrar a través de él.4
CONCLUSIONES
Todos somos llamados a realizar
tareas importantes dentro del Reino de Dios. El diablo siempre querrá persuadirte a que desistas y
abandones tu tarea. Siempre buscará la manera de hacerte creer que tú no tienes
la capacidad para lograrlo.
La respuesta al cumplimiento de nuestro deber no está en las palabras
del diablo que es el padre de la mentira. La respuesta está en la Palabra de
Dios que nos impulsa a esforzarnos y ser valientes para seguir empujando día
con día y ser perfeccionados en todas las áreas de nuestras vidas.
Tú y yo, tenemos tareas
importantes que realizar en el nombre de Jesús.
REFLEXION
1.
Muchos
observan como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y
empiezan a buscarle lógica a la voluntad
de Dios, esto hace que se abra una ventana para que venga el enemigo y nos diga que no servimos, que
somos inútiles o que no podemos con la tarea encomendada, ¿cómo
está tu vida espiritual ante la tarea que te ha sido encomendada por Dios en tu
Iglesia?
2.
Al igual
que Josué podemos enfrentar diferentes adversidades en el momento de cumplir
con la encomienda, la virtud de él fue la de saber escuchar la voz de Dios y no
la del diablo, y tú: ¿Qué voz es la que estás escuchando? ¿a quién le estás
prestando atención?
3.
Es muy
fácil decir que escuchamos a Dios; la evidencia de estar haciéndolo son los
frutos y resultados de tu vida, familia y ministerio, si fueras evaluad@:¿Qué frutos o resultados te respaldan?
1Josué 1:8-9
2Números 27:12-23
3Deuteronomio
31:1-8
4Josué 3
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Pastor Oscar
Correo: oscarhp07@hotmail.com
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