Haciendo la voluntad de Dios
Salmo 143:10
Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu
buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
Algo que es muy claro es la de saber que una cosa es
conocer la voluntad del Eterno y otra muy diferente la de hacer su voluntad.
Cierto que es de suma importancia el conocer la voluntad de Dios para poder
aplicarla en nuestras vidas, pero la intención de todo aquel que busca hacer la
voluntad del Altísimo, no es quedar solo en el primer peldaño que nos da solo
el conocimiento, sino el de llegar al siguiente nivel en donde la Voluntad de
Dios se convierte en un Rhema que se aplica en nuestro diario vivir.
El salmista hace una exclamación muy profunda: enséñame
a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Entendemos
esta petición, pues en nuestra humanidad resulta muy complicado poder hacer la
Voluntad de un Dios recto, santo, soberano, justo, perfecto, etc. Todo ser
humano debiese exclamar de la misma manera que el salmista: ¡enséñanos a hacer
tu voluntad! Todos necesitamos de la enseñanza y del poder del Señor para
superar nuestra humanidad y llegar al nivel de los que si logran hacer la
Voluntad de Él.
En la
oración modelo, el señor Jesús hace mención de esta misma petición: Venga
tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo1. Notemos que no está
dejando esto como una opción, sino como una imperiosa necesidad de ser cumplida en la vida de todo cristiano.
Es obvio que la voluntad de nuestro Padre Celestial es buena, perfecta y
agradable para cada uno de sus hijos, según Romanos
12:2. Parte de la conexión con Dios es decir: Dios, ¿cuál es tu voluntad para mí hoy? Quiero
hacer tu voluntad.
En el cielo, la voluntad de Dios se hace perfectamente. El
problema en la tierra es que la voluntad de Dios no siempre se hace. Cuando
oramos: Hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo, le
estamos diciendo: Dios, quiero rendirme a ti. Quiero hacer lo que tú quieras que yo haga.
Puedes orar hágase tu voluntad, de tres maneras diferentes:
Puedes decirlo con
resentimiento: Hágase tu voluntad, pero no me agrada. Puedes decirlo con resignación: Hágase
tu voluntad, porque no puedo evitarla.
Puedes decir con
anticipación: Hágase tu voluntad porque sé que es lo mejor,
y ¡eso es lo que quiero para mi vida hoy!
Querer hacer la Voluntad del Padre, es darle la oportunidad a Él
de que intervenga de manera favorable sobre nuestra vida. Nuestros padres
terrenales a pesar de que nos aman con
un amor especial, no siempre tienen la certeza de saber lo que es mejor para nosotros
como sus hijos. En cambio, podemos confiar en que Papá Dios si lo sabe, y que
hacer Su voluntad es la mejor decisión que podemos hacer para vivir dentro de
su plenitud y bendición. La mejor manera de comprobar que estamos haciendo la
voluntad del Eterno es cuando experimentamos una paz interior que nos motiva a
ser mejores cada día.
Puedes orar a Dios de la siguiente manera al iniciar una nueva
jornada: Padre, sé que tu voluntad para mi vida es mejor que cualquier cosa que
yo pueda tener. Quiero darte mi vida. Quiero tu voluntad en mi ser y agradarte
solo a ti, en el nombre del Señor Jesús, ¡Amén!
CONCLUSIONES
No debemos de vivir para agradar a la gente, sino
agradar a Dios, pues agradándole a Él, se agrada a los demás.
Todos los gigantes de Dios han sido hombres débiles
que hicieron grandes cosas por el simple hecho de reconocer y aceptar la
Voluntad de Él.
Una persona con un corazón transformado, busca hacer
la Voluntad de Dios y no la de los hombres.
El Señor se complace en los que hacen su voluntad y
en los que confían en su gran amor.
REFLEXIONA
1. Una cosa es conocer la
voluntad del Eterno y otra muy diferente la de hacer su voluntad, ¿conoces o haces la voluntad de Dios en tu
vida?
2. El salmista hace una
exclamación muy profunda: enséñame a hacer tu voluntad, porque
tú eres mi Dios, ¿es
tu anhelo hacer la voluntad del Eterno?
3. La voluntad de nuestro Padre Celestial es
buena, perfecta y agradable para cada uno de sus hijos, ¿muestras con tus hechos vivir en la voluntad del Padre?
4. Querer hacer la Voluntad del Padre, es darle la oportunidad a Él
de que intervenga de manera favorable sobre nuestra vida, ¿tomas el desafío de vivir dentro de la voluntad de Dios todos
los días de tu existencia?
1Mateo 6:10
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Pastor Oscar
Correo: oscarhp07@hotmail.com
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