Vida en la vida de otros ser


       Juan 10:10
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.

Para tener vida en Jesús, solo es necesario permanecer en Él
Es hermoso recordar el día que llegaste a tu casa (los que somos casados) y tu esposa te dice: “quiero hablar contigo”. A lo que con cara de asombro, preguntas: ¿y, ahora que hice?  -No te hagas, responde la mujer, ya hizo efecto lo que hiciste meses atrás…vas a ser papá.
Huauu, ante esta declaración te quedas impactado de que con esta cara, hayas sido capaz de provocar uno de los milagros más hermosos del mundo…el engendrar un hijo con tu esposa!
En lo personal, más o menos sabía lo que había hecho con mi esposa para lograr este milagro; pero nunca imaginabas que iba a tener repercusión en algo maravilloso.
Unos dos meses antes del alumbramiento, tuve la oportunidad de acompañar a mi esposa para que le realizaran un ultrasonido y así conocer el estado de nuestro bebé. Es impresionante ver la forma del cuerpecito, sus movimientos y escuchar los latidos del corazón de tu propio hijo. Te quedas anonadado cuando observas y escuchas que los latidos del corazón de la mamá están sincronizados con los del bebé, ¡qué maravilla!
Hasta ese momento me cayó el de a 20, como decimos aquí en mi tierra, descubrí que existía vida dentro de otra vida. ¿Cómo es posible que alguien pueda dar vida a otro ser a través de su propia vida? Eso solo puede hacerlo la mujer, por ello, como hombres tenemos que admirarlas y reconocer esta gran virtud que habita en ellas.
Tuve la fortuna de que esta escena se repitiera en tres ocasiones, pues el Eterno nos concedió como herencia a tres formidables y guapos hijos: Ocka, Josué y Eliab. Ha sido formidable ver las maravillas de Dios al formarlos desde el vientre de su madre. Su nacimiento fue algo sin igual, lo recuerdo y lo tengo presente en agradecimiento al Creador por darnos esta bendición de ser los padres de ellos.
Al igual que este cuadro que hemos tenido la fortuna de experimentar los que somos padres, de ver vida en otra vida, el Señor Jesús dijo: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Si nos puede asombrar lo que logra una mujer  al dar vida a otro ser con su propia vida, lo que hace el Mesías es aún más sorprendente: desde el cielo pudo mirar a cada uno de nosotros sin vida, sin esperanza, destrozados, sin aliento, perdidos y errantes en un mundo de maldad. Lo imaginas diciéndole al Padre: ¡quiero ir a darles vida! ¡quiero darles vida a través de mi vida! Yo los amó tanto como los amas tú, quiero tenerlos en mí, que mezclen los latidos de su corazón con los míos, sentirlos dentro de mí y que ellos se sientan en mí, como cuando estuvieron en el vientre de su madre. Mi anhelo es que cada uno de ellos se parezca a mí: que caminen y hablen como yo, que tengan un corazón bondadoso para ayudar a sus semejantes, que tengan mis mismos rasgos para amar y bendecir a su prójimo, que pueda sentirme orgulloso de ellos al saber que andan en la verdad a través de la Palabra. Que la gente al mirarlos puedan exclamar: ellos se parecen a Jesús, viven como él vivió, tienen el porte de ser hijos del Dios Altísimo!

CONCLUSIONES
Disfruta del milagro de dar vida a un ser al que amarás el resto de tu vida.

El parto es la única cita a ciegas en la que puedes estar segura de que conocerás a un ser que amarás toda la vida.

Dar a luz es el úncio dolor en la vida que vale la pena sufrir.

Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos1.

            REFLEXION
1.     Jesús quiso darnos vida y vida en abundancia, ¿has aceptado esta bendición en tu vida?
2.     Para tener vida en Jesús, solo es necesario permanecer en Él, ¿tu vida está en Jesucristo?
3.     Ver vida en otra vida es algo maravilloso, ¿das gracias al Eterno por la paternidad que te ha permitido tener con tus hijos?
4.     Todos fuimos formados en el vientre de nuestra madre, ¿reconoces que Dios es el que te formó teniendo como instrumentos de tu gestación a tus padres?

1Salmo 139:15-16

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   Pastor Oscar
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