Mi socorro viene de Dios
Salmo 121:1-2
Alzaré mis ojos
a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo
los cielos y la tierra.
Recuerdo perfectamente la fecha del 26 de noviembre del 2014. Fue un día en
el que aprendí a mirar por encima de mis circunstancias. En esta fecha me
hospitalizaron y prepararon para una cirugía de mis cuerdas vocales, misma que
estaba programada desde agosto de este mismo año. A otro día se llevaría a cabo
algo que jamás en mi vida había
experimentado.
El corazón me palpitaba con más
intensidad, los nervios querían desestabilizarse, sentía un hueco en el estómago, las manos
me sudaban, quería llorar, gritar, abrazar a mis hijos, estar con mi esposa,
recibir una llamada de mis familiares y amigos, ufff!!!! Cuántos sentimientos
tan encontrados…y solo tienes una alternativa: alzar tus ojos a los montes y
pedir socorro de lo alto. El Eterno es experto en atender el clamor de
sus hijos cuando éstos atraviesan por el valle de sombra, de lágrimas, de desesperación
o de angustia. David en medio de sus agobios, hizo un alto en su caminar para
tener el tiempo y el espacio para mirar hacia los montes y recordar que la
ayuda, la respuesta y solución a sus momentos de tribulación solo los hallaría
en el Dios de su salvación.
Están en mi mente las palabras de Mamá Ole cuando me despedía de ella
para dirigirme ahcia el hospital: no tengas miedo, tenemos al Dios
Todopoderoso de nuestra parte. Ante esta circunstancia que tuve que
enfrentar, aprendí a mirar por
encima de ello a pesar de los riesgos y
complejidades que pudo haber en esa cirugía. Tuve la decisión de afirmar mi rostro para ir en pos de mi
bendición.
Después de tres años y
medio de este suceso, me siento pleno y satisfecho de haber confiado en mi Dios
y Señor. Puedo compartir que su Palabra es real y que se cumple en la vida de
todo aquel que le teme y obedece. Que sus ojos están atentos para socorrer a
aquel que clama por su ayuda y bendición. Que el levantar tu mirada, es la
oportunidad de ponerla en el Áquel que tiene la solución y respuesta a tus
necesidades. Que el depender del Dios Todopoderoso es la evidencia de que tu
vida espiritual está en otro nivel. Que al colocar en el centro de tu vida y fe
al Eterno, todo saldrá conforme a su Voluntad.
Si
todas las cosas nos ayudan a bien y el socorro viene de Jehová de los
ejércitos, entonces, toda circunstancia como parte del bien procede de la bondad
de Él. Al mirar hacia los montes, nos permite elevar nuestra
mirada, nos lleva observar lo que otros
no miran y a tener la osadía de poner nuestra confianza en Aquél de quien
proviene toda ayuda.
Los montes sobresalen por su altura, mirar hacia ellos
es elevar a nuestra visión a nuevos niveles. La altura
espiritual se determina por lo que alcances a observar por encima de tus
circunstancias. Nunca es demasiado tarde para hacer un alto en tu diario vivir
y emepezar a levantar la mirada con un fuerte clamor: ¡Dios, socorreme en medio
de esta tempestad que me agobia de día
y de noche!
CONCLUSIONES
Levantar la mirada te
permite estar tranquilo y con una firme esperanza de recibir respuesta a tu
decisión.
Mi socorro y ayuda no
están en los alcances y eficiencia del ser humano, ellos solo son instrumentos
que Dios usa para bendecir a su hijos.
Todos podemos exclamar como
el salmista a unas horas de una posible operación o acontecimiento difícil: Líbrame, Señor, de mis
enemigos, porque en ti busco refugio1.
REFLEXION
1. Elevar la mirada representa un esfuerzo más al que
cotidianamente hacemos para ver, pero es la única manera de observar por encima
de las circunstancias que pueden estar ahogándonos o causando estragos, ¿tu mirada está en Dios o en tus circunstancias?
2. Solo lo que miramos es lo que podemos lograr alcanzar,
¿tus alcances son espirituales y en lo sobrenatural o
están enfocados en tu mundo terrenal?
3. Mi Socorro y ayuda vienen de lo alto, ¿necesitas elevar tu mirada para obtener
ayuda de Dios?
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