El cumplir con nuestro deber
Lucas 17:7-10
»Supongamos que uno de ustedes tiene un siervo que ha estado
arando el campo o cuidando las ovejas. Cuando el siervo regresa del campo,
¿acaso se le dice: “Ven en seguida a sentarte a la mesa”? ¿No se le
diría más bien: “Prepárame la comida y cámbiate de ropa para atenderme mientras
yo ceno; después tú podrás cenar”? ¿Acaso se le darían las
gracias al siervo por haber hecho lo que se le mandó? Así también ustedes, cuando
hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos
inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”
En una ocasión escuché decir a un maestro los
tres niveles que cualquier ser humano puede desarrollar en su vida: el
fracasado, que se identifica como aquel individuo que no hace lo que se le
pide; el mediocre, que solo hace lo que se le pide; y el exitoso, que hace más
de lo que se le pide.
Sin
duda alguna, esta clasificación tiene que ver con lo que el Señor Jesús hoy nos
muestra en este pasaje. Él da el parámetro de siervo inútil a aquel que solo
cumplió con su deber, mismo que lo describió como el arar el campo o el cuidado
de las ovejas y al final de la jornada, el atender a su señor. Para algunos
pareciera ser demasiado exagerado o exigente lo que está diciendo el Señor
Jesús; pero realmente no lo es, pues lo que aprendemos de esta enseñanza es de
que el Maestro nos quiere llevar a un nivel de cultura en donde llegamos a ser
gente de la misma que no solo cumpla con lo que le piden hacer, sino genere
algo más.
Las
personas que logran sobresalir en la vida como emprendedores, es por la
sencilla razón de que saben ceñirse en todo lo que hacen para dar un mayor
esfuerzo y alcanzar logros que otros no logran por no estar dispuestos a
sacrificarse un poco más. Ante ello, yo considero que todos los que conocemos
de la Palabra debiésemos ser gente que esté destacando y sobresaliendo en todos
los ámbitos en los que se desarrolla por la simple razón de que aplicamos el
principio de hacer más que solo el cumplir con nuestro deber, por eso yo
determino que:
La vida de Reino nos exige hacer siempre más
que los demás. La vida de Reino nos impulsa a dar siempre la milla extra. La
vida de Reino nos desafía a ceñirnos para hacer esfuerzos en lo sobrenatural.
La vida de Reino nos persuade a dejar una vida cómoda y desarrollar sacrificio
en bien de los demás. La vida de Reino nos reclama mayor pasión en todo lo que
desarrollamos dentro de nuestros ministerios. La vida de Reino nos hace
entender que la bendición no está en el pedir, sino en el saber cumplir. La
vida de Reino nos da la pauta a ser gente de excelencia que sabe hacer las cosas
de manera excelente. La vida de Reino nos identifica como los que marcamos la
diferencia por ser diferentes a los demás. La vida de Reino nos recompensa no
por lo que hacemos, sino por a quien servimos. La vida de Reino nos prepara
para vivir una vida de cultura para toda una eternidad.
Somos lo que hacemos día a día. De modo que la excelencia no es
un acto sino un hábito. La constancia y el esfuerzo hacen la excelencia. Nunca
pares y nunca te conformes , hasta que lo bueno sea mejor y lo mejor excelente.
Y por último recuerda que la calidad de vida de una persona es directamente
proporcional a su compromiso con la excelencia, independientemente de su campo
de actividad.
CONCLUSIONES
Un ser humano excelente es aquel
que influye en los demás y que busca siempre el bien para él y para los que le
rodean. La excelencia es saber amar, saber ser amado y ver siempre las
cualidades de las otras personas, buscando constantemente su bienestar. La
excelencia es saber servir y apoyar con placer a los demás, porque entre todos
se puede encontrar una mejor forma de hacer las cosas.
Cuando una persona es excelente quiere decir que es un
privilegiado como ser humano porque está en desarrollo constante. Ser excelente es saber comunicar
paz a los demás, aprovechar puntos de oportunidad y transformar dificultades en
acciones positivas, pero no hacer por otros lo que estos pueden hacer por sí
mismos. Un ser excelente sabe proteger sin asfixiar, sabe guiar sin imponer,
sabe motivar a los que están a su cargo para que también puedan desarrollarse.
REFLEXION
1. Jesús pide de sus
seguidores algo que no es muy usual en muchas de las personas: la excelencia, ¿esta cualidad te
caracteriza como individuo?
2. Ser gente de Reino
es desarrollar una vida de cultura, ¿cómo muestras el ser un ciudadano de Reino?
3. Para algunos pareciera ser demasiado
exagerado o exigente lo que pide el Señor Jesús para sus discípulos, ¿cómo desarrollas tu vida de Reino como un seguidor de Cristo?
4.
Un ser humano excelente es aquel que influye en los demás y que busca siempre el bien para él
y para los que le rodean, ¿tomas
este desafío para aplicarlo de manera cotidiana en todo lo que hagas y
emprendas?
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Pastor Oscar
Correo: oscarhp07@hotmail.com
Invitaciones a conferencias y talleres
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