Cuando las cosas no salen como las planeaste

      Marcos 11:24
Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá

Leí una frase que me encanto en esta semana: a veces las cosas no salen como tu esperabas, porque lo que te esperaba era lo mejor de Dios. Y es cierto, cuando nuestras vidas están en una constante dependencia hacia el Eterno, sin duda alguna Él estará regulando e interviniendo a favor nuestro en todas las áreas de nuestra existencia. Hay muchas cosas que no serían necesarias para ser parte de nosotros, y más cuando éstas no nos ayudan para mejorar en nuestro estilo de vida.
Nuestro texto dice: todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, pero ante esto debemos de entender que no todo lo que pedimos es benéfico, o correcto, o edificante, o positivo, o bueno. Se entiende que el Eterno está dispuesto a bendecirnos al concedernos los deseos de nuestro corazón siempre y cuando nuestra vida se deleite en él y esté viviendo en su voluntad. Un corazón que esté fuera de este contexto tenderá a pedir cosas que no le ayudarán y que por ende pondrán en riesgo su integridad y comunión con el Padre Celestial. La manera en como trabajemos nuestro equilibrio interior y exterior, determinará la forma en que la gracia de Dios se manifieste en nuestras vidas.
Como seres tripartitas: tenemos espíritu, tenemos alma (la mente, la voluntad, los deseos, las decisiones y los sentimientos) y tenemos cuerpo. Cada una de estas partes cumple un papel específico en los roles de nuestra propia vida. Por ello, los tres tienen que estar en armonía con el Espíritu Santo antes de poder hacer cualquier petición. La Palabra declara: Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón1. El secreto de ser favorecidos en nuestras peticiones es la de armonizar a nuestro cuerpo, alma y espíritu conforme a la Palabra para que tenga la sabiduría de solicitar aquello que esté en la perspectiva divina.
            Cómo logro esta conjunción de mis tres elementos?
Empieza por alimentar su espíritu con la Palabra de Dios. Así como el cuerpo desarrolla fuerza física cuando lo alimenta, el espíritu desarrolla fuerza espiritual cuando lo alimenta con la Palabra. Esa fuerza espiritual se llama fe. Cultiva esa fe para que tu espíritu pueda dominar sobre las otras dos partes.
            Pon su mente en las “cosas de arriba”. Medita en la Palabra hasta que tus pensamientos se sometan a ella; sigue meditándola hasta que tu naturaleza emotiva sea cautivada por ella.
El cuerpo no es líder sino seguidor.  El hará lo que tú le ordenes a través de tus pensamientos incluidos en tu alma. Comienza a enseñar a tu cuerpo a actuar de acuerdo con la verdad que has sembrado en tu mente y en tu espíritu, y él obedecerá sin ningún problema.
Cuando el espíritu, alma y cuerpo están en armonía, pueden caminar sin ningún problema en la sendas de justicia guiados por el Espíritu Santo y alumbrados por la Palabra. Cuando eres capaz de caminar de acuerdo a los estatutos del Eterno,  entonces podrás llegar hasta donde quieres ir. Cuando Dios observa que mantienes un estilo de vida acorde a su voluntad, no tendrá problemas en apoyarte en todos tus planes. Cuando tu alma está sometida a la obediencia a Cristo, tu vida tendrá la capacidad para aceptar los planes y propósitos del Eterno. Cuando tu alma es alumbrada por la Palabra, entonces tendrá la sabiduría para pedir al Padre lo que puede edificarle y no destruirle.

CONCLUSIONES
Si Dios te está haciendo esperar, entonces prepárate para recibir más de lo que pediste.

Esperar en Dios no es perder el tiempo, es esperar lo mejor.

Esperar en Dios es la mejor decisión que podemos tomar, pues sus respuestas son perfectas en el momento adecuado.

Las cosas buenas llegan a los que saben esperar, las mejores a los que no se rinden, y las grandes bendiciones a los que son capaces de creer.

            REFLEXION
1.     A veces las cosas no salen como tu esperabas, porque lo que te esperaba era lo mejor de Dios, ¿sueles poner en las manos del Eterno tus planes y proyectos?
2.     Cuando nuestras vidas están en una constante dependencia hacia el Eterno, Él se encargará de regular todas las áreas de nuestra existencia, ¿vives bajo la Voluntad de Dios?
3.     Todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, ¿sueles hacer con sabiduría tus peticiones ante el Señor?
Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón, ¿tomas el desafío de deleitarte en Dios todos los días de tu existencia

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