Hacer y enseñar I
Hechos
4:24,29,
Y ellos, habiéndolo oído,
alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que
hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay;
Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,
Cuando
hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios
Se
sabe que Lucas en su primer tratado relata todo lo que Jesús “comenzó a hacer y
a enseñar”. En el segundo tratado, libro de los Hechos, contiene el relato de
todo lo que Jesús continuó haciendo y enseñando a través de la Iglesia. Esto lo
ha hecho el Señor Jesús a través de todos estos siglos y seguirá usando a Su
Iglesia para desarrollar tan noble tarea hasta que termine el tiempo de su
Gracia Redentora. Dios usó a sus discípulos a continuar con el mensaje de
redención, consolidación y discipulado para preparar a sus seguidores para
hacer los mismo que se hizo con ellos. Fue su fidelidad y lealtad a su llamado
que a través de ellos, la Iglesia primitiva fue cautivada para abrazar tan
noble visión que el señor Jesús dejó para las siguientes generaciones.
¿Qué
debe entonces estar haciendo hoy en día los que se dicen llamar discípulos? Y
si tú te consideras uno de ellos, ¿qué papel te corresponde llevar a cabo como
alguien que debe de imitar a los primeros cristianos después de la muerte y
resurrección de Cristo Jesús?
Lucas
nos muestra en este pasaje de Hechos 4:23-31 tres aspectos que hacían y
enseñaban en la Iglesia Primitiva, y que por ende, es lo que debe de hacer todo
aquel que es identificado como discípulo de Jesús.
Desarrollaban un estilo propio de oración.-
el verso 24 declara: “todos juntos oraron a Dios” (DHH). El ministerio de
oración nunca llegará más allá de la pasión personal de aquellos que lo
dirigen. Los discípulos deben de tener el claro en su mente y corazón la razón
por la cual se ora. La oración no es una estrategia para hacer crecer a la
Iglesia, tampoco es tratar de torcer el brazo de Dios para alcanzar una
renovación. La oración no se trata de la Iglesia, el enfoque debe de ser la de
buscar al Eterno y conocerlo, no buscar lo que puede hacer por nosotros. La
oración no es otro programa o ministerio
en la Iglesia, la oración es la base para todo lo que hacemos.
Inspirar
a otros a orar es un llamado permanente. Una mañana muy de temprano tuve que
dejar mis cómodos cobertores y mi cama para asistir a una reunión de oración.
Después de dirigir muchas reuniones de oración por semanas enteras y durante
más de una año, le pregunté a Dios: ¿cuánto tiempo más debo hacer esto? A lo
que sentí de inmediato su respuesta: ¿cuánto tiempo más te vestirás, te
afeitarás, comerás y te cepillarás los dientes? –Hasta que muera,
contesté…entonces, hasta que mueras dejarás de orar, me dijo el Señor.
CONCLUSIONES
Los miembros de intercesión deben de orar
siempre juntos hasta ver la respuesta a sus peticiones
Se debe de inspirar a otros para desarrollar
una oración colectiva que nos lleve a la unidad y avivamiento en la Iglesia.
Debemos de erradicar el individualismo que
nos puede robar la visión para la oración colectiva.
¿Qué es más importante: la oración individual
o la colectiva? La respuesta a esta interrogante es: ¿cuál pierna utilizas más
para caminar, tu derecha o izquierda?
REFLEXION
1. Hacer y
enseñar es la clave para dar formación, ¿sueles emplear estos dos
elementos en la formación que brindas a los tuyos?
2.
El
Señor Jesús enseñó a sus discípulos para tener un estilo propio de oración ¿cómo es tu manera de interceder?
3. Nuestro
individualismo debe de ser erradicado cuando se trata de ser parte de un
colectiva de intercesión en la congregación, ¿eres miembro de este
ministerio en la Iglesia a la que asistes?
4. Inspirar
a otros a orar es un llamado permanente, ¿logra tu estilo de orar
motivar a otros a ser parte de este ministerio en la Congregación?
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