Jesús: el sumo sacerdote


       Hebreos 7:26-27
Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos.

El Sumo sacerdote en el Antiguo Testamento era de la tribu de Leví, misma que era la encargada de atender y ministrar todo lo relacionado con el culto, sacrificios y con el cuidado del templo de Dios. En lo particular, una de las funciones esenciales del sumo sacerdote era la ofrecer sacrificios a favor suyo y de todo el pueblo. Cada año podía entrar al Lugar Santísimo en el día de la expiación para recibir respuesta e instrucciones de parte del Eterno para con todo el pueblo. Este era el día más importante en el calendario hebreo  por la importancia del ayuno que hacían. Por un sacrificio especial, los pecados de un año, eran cubiertos. Se hacía la expiación por todos los pecados de toda la nación  y el santuario. El sumo sacerdote hacía una primera ofrenda para sí mismo y los sacerdotes, y luego dos machos cabríos como ofrenda por el pecado eran sacrificados por el pueblo, leamos el pasaje de Levítico 16:20:24 Cuando Aarón haya terminado de hacer propiciación por el santuario, la Tienda de reunión y el altar, presentará el macho cabrío vivo, y le impondrá las manos sobre la cabeza. Confesará entonces todas las iniquidades y transgresiones de los israelitas, cualesquiera que hayan sido sus pecados. Así el macho cabrío cargará con ellos, y será enviado al desierto por medio de un hombre designado para esto. El hombre soltará en el desierto al macho cabrío, y este se llevará a tierra árida todas las iniquidades. »Entonces Aarón entrará en la Tienda de reunión, se quitará los vestidos de lino que se puso antes de entrar en el santuario, y allí los dejará. Se bañará con agua en un lugar santo y se volverá a vestir. Después saldrá y ofrecerá su propio holocausto y el del pueblo. Así hará propiciación por sí mismo y por el pueblo.
            El libro de Hebreos es el mejor comentario que nos habla del cumplimiento de los sacrificios típicos del Día de Expiación. Nos demuestra que el sacrificio de Cristo por los pecados de la gente, cuando murió en la cruz, no fue un día anual de ayuno y expiación para ser repetido cada año, sino que único para un completo y final sacrificio por el pecado: Cristo, por el contrario, al presentarse como sumo sacerdote de los bienes definitivos[b] en el tabernáculo más excelente y perfecto, no hecho por manos humanas (es decir, que no es de esta creación), entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo. No lo hizo con sangre de machos cabríos y becerros, sino con su propia sangre, logrando así un rescate eterno1
El cordero asesinado del que se habla en el libro de Levítico es un ejemplo precioso de la muerte de Cristo como una cubierta por el pecado:  pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.[a] Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación[b] que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;  pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús2. Ahora tu y yo podemos entender más el porque nos convenía este Sumo Sacerdote sin mancha y sin pecado que llevó en su sacrificio el pecado de todos nosotros.

CONCLUSIONES
La paga del pecado es muerte3, pero Jesús pago el precio por nuestra deuda y ahora m la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Nuestro sustituto murió en nuestro lugar: Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores4 y ahora la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado: Si esto es así, ¡cuánto más la sangre de Cristo, quien por medio del Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras que conducen a la muerte, a fin de que sirvamos al Dios viviente5

Nuestro Gran Sumo Sacerdote, Cristo Jesús no necesitaba un sacrificio para el mismo, ya que Él era sin pecado. Entonces, solo Él pudo cargar con nuestros pecados.

            REFLEXION
1.     Nuestro Sumo sacerdote Jesucristo nos convenía por ser santo e irreprochable, ¿son estas cualidades las que te identifican como discípulo del Señor Jesús?
2.     El sacrificio de Cristo por los pecados de la gente, cuando murió en la cruz, no fue un día anual de ayuno y expiación para ser repetido cada año, sino que único para un completo y final sacrificio por el pecado, ¿has aceptado su sacrificio para el perdón de tus pecados y tener vida eterna?
3.     El cordero que era sacrificado es un ejemplo precioso de la muerte de Cristo como una cubierta por el pecado, ¿proclamas el sacrificio del Cordero santo a la gente que necesita ser salva por él?
4.     Nuestro Sumo Sacerdote murió en nuestro lugar y su Sangre preciosa nos limpia de toda maldad, ¿muestras agradecimiento y obediencia al Señor Jesús por lo que hizo por ti en la cruz del Calvario?

1Hebreos 9:11-12
2Romanos 3:24-26
3Romanos 6:23
4Isaías 53:4

5Hebreos 9:14

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  Pastor Oscar
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