Tus palabras cuidan de ti


       Proverbios 18:21
       En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto

            Las palabras son ingredientes activos en tu propia vida. La cantidad de palabras que forman parte de tu vocabulario son las que determinan el ingrediente positivo o negativo sobre ti mismo. Es obvio saber que toda palabra antes de ser emitida se registró en tu mente, ante ello, debes de estar consciente de que todo lo que expresas es porque tú decidiste darle sonido a lo que estuvo en tu mente como un pensamiento.
            Tu y yo somos los responsables de las palabras que decimos. Somos los autores directos de lo que hablamos. Podemos darnos cuenta de que no siempre tenemos el cuidado de analizar lo que expresamos. Aunque debiésemos pensar y hasta escribir lo que queremos compartir con los que nos escuchan. Darnos cuenta de que los primeros en escuchar lo que decimos, somos nosotros mismos. Que cada palabra que vertimos causará en nosotros un efecto para bien o para mal, positivo o negativo.
            Los investigadores nos dicen que los pensamientos positivos manifestados en palabras están asociadas con la longevidad y con una vida más sana. Las palabras pueden extender tus momentos de felicidad o de tristeza, de armonía o de frustración, de energía o de desgano, de victoria o de derrota, de edificación o de destrucción. La gente que logra ser a través de sus palabras positiva, amena, motivadora, entusiasta, etc., suele vivir una media de siete años más que los que expresan totalmente lo contrario que ellos.  Cuantas más palabras positivas expresemos y con más intensidad, más longevos podemos llegar a ser, además que ayudaremos a otros a ser edificados al escucharnos y abrirles la puerta a ser motivados para que nos imiten en nuestra manera de hablar.
            Todos tenemos la capacidad de mejorar lo que decimos y lo que escuchamos. Solo se necesita un pequeño esfuerzo para cambiar el lenguaje que sueles utilizar en tu día a día, para incrementar el número de palabras positivas y lograr así tener una vida más agradable y placentera. Un pequeño incremento que te permita darte una buena vida y dársela a las personas que comparten tu viaje. Puedes empezar ahora mismo tomando un papel y un lapicero y escribir cosas como estas: “soy brillante, soy único, me siento genial, todo lo puedo en Cristo que me fortalece, irradio de felicidad, me mantengo positivo ante cualquier circunstancia”. Con el uso de estas palabras mejoramos nuestro sistema inmunológico y cardiovascular, pero sobre todo, mejoramos el funcionamiento de nuestro cerebro y le damos a nuestra vida una mayor calidad. Construir un gran día requiere construir grandes palabras, declararlas y habitarlas.      
          Para terminar este tema te recomiendo lo siguiente:
  1. Al levantarte por la mañana piensa en tus palabras. Intenta averiguar cuáles serán las más importantes para este día.
  2. No permitas que estén dentro de tu vocabulario palabras negativas y que tampoco te ayuden a sentirte pleno como persona.
  3. Desecha toda palabra que no esté en sintonía con tus convicciones y principios.
  4. Elige a lo menos tres palabras cada día que enriquezcan tu mundo interior.
  5. Toma el desafío de aprender una palabra edificante que quieras encarnar en tu forma de vivir.
  6. Por último aplica el siguiente principio: si tus palabras no son capaces de mejorar el silencio, es mejor que permanezcas callado.


CONCLUSIONES

  • Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree.
  • Pero si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.
  • Los límites de mis palabras son los límites de mi mente.
  •  La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo.


REFLEXION

  1. Las palabras son ingredientes activos en tu propia vida, ¿qué generan tus dichos en tu existencia?
  2. La cantidad de palabras que forman parte de tu vocabulario son las que determinan el ingrediente positivo o negativo sobre ti mismo, ¿cuidas el acervo cultural de tus palabras?
  3. Los primeros en escuchar lo que decimos, somos nosotros mismos, ¿qué sueles escuchar de tus propias palabras. 
  4. Todos tenemos la capacidad de mejorar lo que decimos y lo que escuchamos, ¿estás dispuest@ a darle un realce favorable a tus palabras a partir de hoy?

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             Pastor Oscar
             Invitaciones escribir al correo: oscarhc07@hotmail.com



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