Con capacidad de reproducirnos


       Jeremías 29: 5-6
       Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto. Cásense y tengas hijos e hijas; y casen a sus hijos e hijas, para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá, y no disminuyan.

            Jeremías es llamado por Dios a una temprana edad para que sirva como su profeta en la rebelde Judá. Lo babilonios estaban a punto de  invadir la tierra y a pesar de la amonestación que les da a conocer el profeta, el pueblo hebreo no se arrepintió. Ante esto, su ciudad fue devastada y muchos de su jóvenes fueron llevados como cautivos hasta Babilonia. En este capítulo 29, Jeremías anima a los deportados a que se establezcan y se alegren en su nuevo hogar en el exilio, con la firme promesa de Dios, que después de 70 años, el remanente de Israel iba a regresar a la Tierra Prometida.
            Algo que me llama la atención de las palabras que les envía Jeremías a todos los cautivos es que debían de multiplicarse entre ellos para no disminuir. La razón de esto, es de que a pesar de estar en cautiverio y fuera de su hogar, no tenían que perder la esencia como pueblo. Cierto que Dios había permitido a Babilonia hacer estragos en su nación como medida de una disciplina por no haber buscado el rostro de Él en humildad y arrepentimiento; pero eso no significaba que los iba a abandonar en tierra extranjera. La mano del Señor Todopoderoso iba a permanecer extendida sobre ellos para ayudarlos, sustentarlos y cuidarlos hasta su regreso después del tiempo de cautiverio.
            Dios nos ha dado la capacidad de reproducir lo que somos y lo que tenemos. Cuando multiplicamos sabiamente los recursos, dones, capacidades, visión, trabajo, disciplina, ministerio, etc., entonces hallamos resultados que traerán satisfacción a nuestro esfuerzo que invertimos para reproducirnos.
            La gente que ha marcado historia en nuestros tiempos, es aquella que supo multiplicar sus talentos o inventos que han favorecido a la humanidad de una u otra forma. La reproducción de los hebreos en Babilonia trajo la enorme bendición de que hubiera cerca de 200,000 personas entre varones, mujeres y niños que regresaron después de los 70 años de cautiverio en la primera etapa en el año 537 a. C. Es a través de este remanente y otros dos más que volvieron a su tierra en los años 468 a. C., y 455 a.C., que comandados por Esdras y Nehemías que pudieron hacer la reconstrucción de las murallas de la ciudad y del mismo Templo. Se trataba de una nueva generación que había aprendido la enseñanza de una disciplina fuera de su tierra. Esta generación representaba para todo Israel la oportunidad de escribir una nueva historia.
            La gente que sabe reproducir lo que es y lo que tiene, jamás será olvidada por sus futuras generaciones. La gente que multiplica lo que Dios le ha dado, siempre tendrá la satisfacción de haber contribuido en algo a favor de la humanidad. Gracias a los que no decidieron quedarse con lo que recibieron de Gracia,  pues es por ellos, iniciando desde los discípulos del Señor Jesús hasta la persona que te compartió del evangelio  muchos de nosotros hemos recibido la bendición del perdón y la salvación. Por eso las Escrituras dicen: lo que habéis recibido de gracia, dadlo de gracia1. No retengas la bendición, aprende a compartirla para que se multiplique. Tus bienes cuando son compartidos, alcanzan una dimensión exponencial que se reproduce al 30, al 60 y al ciento por uno. En la parábola de los talentos, el Señor Jesús nos enseñó que de lo recibido de parte de Él, tenemos que ser sagaces para poder multiplicarlo. El no aplaude ni da su visto bueno a aquel que por miedo o por ser envidioso o negligente, no es capaz de reproducir lo que ha recibido.

CONCLUISONES
  • ·      Si recibiste bienes, reprodúcelos para bendecir a los demás y a la Obra de nuestro Dios. 
  •     Recibiste dones y talentos, reprodúcelos para que otros los porten al ver sido capacitados por ti.
  •     Si recibiste ministerio, reprodúcete a través de la vida de otros que quieran tomar tu legado y seguir tu ejemplo.
  •     Si has formado un matrimonio, reprodúcete y has que tus hij@s tengan tu formación como hij@ de Reino.


REFLEXION
  1. La indicación para los hebreos que estuvieron en cautiverio, fue la de reproducirse para no disminuir, ¿estás reproduciendo algo bueno y positivo en tu vida?
  2. Después de mucho tiempo los hebreos regresaron a Casa, gracias a las nuevas generaciones que nacieron en el exilio, ¿lo que reproduces en tu vida tiene la característica de ser una bendición para otros?
  3. La gente que ha marcado historia en nuestros tiempos, es aquella que supo multiplicar sus talentos o inventos que han favorecido a la humanidad, ¿lo que multiplicas en tu vida tiene esta característica?
  4. Dad de Gracia lo que recibisteis de Gracia, ¿estás dispuest@ a que lo que eres y tienes pueda multiplicarse en beneficio de los demás?


1Mateo 10:8

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Pastor Oscar
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Correo: oscarhp07@hotmail.com

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