Restauración en los tiempos de Esdras 4
Esdras 6:15-18
Esta casa fue
terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del
rey Darío. Entonces los
hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que habían venido de
la cautividad, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo. Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de
Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos
cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de
Israel. Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a
los levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo
escrito en el libro de Moisés.
No fue fácil para Israel llegar a este punto
en su historia: ser conquistados por Nabucodonosor, ser destruida su ciudad,
estar en cautiverio por 70 años, regresar a su tierra para la reconstrucción de
sus casas, campos, templo y murallas en medio de oposición, debió haber sido
algo terrible y desgastante. Pero su constancia, obediencia y amor por la Obra
de Dios, fueron capaces de vencer todo aquello que quería empañar su anhelo de
ver levantada una vez más a su Jerusalén.
En este capítulo del
libro de Esdras observamos que fue terminada la Casa de Dios, misma que fue
dedicada con una celebración a nivel nacional con un innumerable de holocaustos
en medio de un pueblo que se gozaba y hacía fiesta. Lo que destaco es que
sacerdotes y levitas fueron puestos de inmediato en sus puesto y turnos para restablecer
el servicio a Dios en su Templo. Había estado suspendido por más de 80 años la
adoración al Dios vivo en Jerusalén. Los judíos dejaron de celebrar la grandeza
de Dios, de ofrecer sus sacrificios y de hacer sus fiestas solemnes que estaban
indicadas en el libro de Moisés. Ahora, estaban en el momento crucial de
empezar una nueva historia que iba a revolucionar sus vidas y los trasladaría
una vez más a ser ese pueblo que fue elegido para mostrar a todas las naciones
la Grandeza y el Amor de Dios a través de ellos.
Observamos que los
encargados del servicio en la Casa de Dios retomaron sus puestos con diligencia
y responsabilidad. Una vez más, era a través de ellos que el culto al Señor
Omnipotente se restablecía y tenían que ser portadores de santidad y de un
conocimiento firme y profundo de las Sagradas Escrituras. Para eso habían sido
llamados desde que fueron establecidos como la tribu encargada del cuidado de
la Casa de Dios. El pueblo también tenía que asumir su responsabilidad de
volver a rendir culto a Dios conforme a las Escrituras. A ser obedientes y
renunciar a la iniquidad que un día los llevó a estar cautivos por otra Nación.
Dios volvía a confiar en ellos y les permitió restablecer todo aquello que
necesitaban para volver a levantarse como la Nación escogida que fuera
bendición para todas las demás naciones del mundo entero.
Ahora, no solo son los judíos los llamados a ser la luz en esta tierra,
no son los únicos que dan a conocer el poder y el amor de Dios a la humanidad,
la Palabra nos declara que todos los que nos llamamos hijos de Él somos identificados de la siguiente manera: 1Pero ustedes son linaje escogido, real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien los
hechos maravillosos de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
Tenemos junto con los
judíos el compromiso de restablecer un culto que glorifique a Dios no solamente
dentro de nuestros templos, sino también a través de nuestra vida diaria. Somos
sacerdotes que se distinguen por una vida en santidad y en obediencia a la
Palabra de Dios. Aquí no se trata de ser o cumplir religiosamente, sino hacer
válida la exhortación del Señor Jesús cuando dijo: 2Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben
hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios
CONCLUSION
“Cada vez que el
método de adoración se vuelve más importante que a la persona que a quien
adoramos, Ya hemos prostituido nuestra adoración.
“No
solamente debemos de dar adoración, nuestra vida misma debe ser adoración
diaria para Dios”
“Dios nos ama a
cada uno de nosotros como si solo existiera uno de nosotros, así deberíamos
adorar a Dios como el único Dios verdadero”
“En la alabanza
buscamos a Dios. En la adoración, Dios nos encuentra a nosotros.”
“La
vida cristiana se trata de amar a Dios con perseverante obediencia, con
profunda adoración y con una transparente admiración”
REFLEXION
- Mantener una adoración en espíritu y verdad es el más grande de los desafíos para quien se identifica como un adorador del Dios vivo, ¿tu adoración a Él es de tal magnitud?
- La tribu de Leví tomo muy en serio la nueva oportunidad de volver a servir en el culto al Señor Todopoderoso, ¿eres un fiel adorador del Dios vivo y verdadero?
- Somos llamados a ser de la realeza y del sacerdocio que está al servicio y adoración de nuestro Dios, ¿das valor y realce a tu identidad?
- En la alabanza buscamos a Dios. En la adoración, Dios nos encuentra a nosotros, ¿te encuentra Dios en tu manera de adorarlo? ¿tu adoración solo es a Él?
El verdadero adorador es encontrado por Dios en su adoración, no dejes que las apariencias o religiosidades te priven de ser encontrado por Dios en tu Manantial de Adoración.
11 Pedro 2:9
2Juan 4:24 DHH
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