En saco roto
Hageo 1: 5-6
Así dice ahora
el Señor Todopoderoso: «¡Reflexionen sobre su proceder!
»Ustedes siembran mucho, pero
cosechan poco; comen,
pero no quedan satisfechos; beben, pero no llegan a
saciarse; se visten, pero no logran abrigarse; y al jornalero se le va su salario como por
saco roto»
Existe mucha gente que seguramente se identifica con aquellos
que vivieron en la época del profeta Hageo en cuanto a estar demasiado
centrados en ellos mismos, en sus logros, afanes, metas, etc., pero olvidando
el compromiso de apoyar a la Obra de Dios a través de sus dones, servicio y
ofrendas. Si bien es cierto que no hacía
mucho que habían llegado del cautiverio y estaban encausados en restablecer sus
tierras y sus hogares, cuando reciben la exhortación del Señor de haberse
olvidado de reconstruir la Casa de Él. Habían avanzado bastante bien en cuanto
a sus casas, tierras y trabajo; pero estaba olvidada la idea de hacer algo por
el Templo en donde la Presencia de Dios era una realidad en medio de todo el
pueblo.
Aparentemente
no existían los medios para empezar dicha reconstrucción, pero tal premisa es
desechada cuando el profeta Hageo los cuestiona a través de la siguiente
pregunta: «¿Acaso es el momento apropiado para que
ustedes residan en casas lujosas mientras que esta casa está en ruinas?1 Buscáis mucho,
pero halláis poco; lo que guardáis en casa yo lo disiparé con un soplo. ¿Por qué?, dice el Señor de los
ejércitos. Por cuanto mi Casa está desierta, mientras cada uno de vosotros
corre a su propia casa”2
El
termino es claro: al jornalero se le va su salario como por saco roto. Esta
expresión es la misma como las siguientes: el dinero no me alcanza; el dinero
no me luce; el dinero se me va como el agua entre los dedos. Nadie que reciba
su salario en saco roto tendrá lo suficiente para ser un apoyo en la Obra de
Dios. A estos hombres de a los que se refiere Hageo no les alcanzaba lo que
ganaban ni para su propio sustento. No significa que ganaban poco, sino más
bien que lo que ganaban lo perdían quizás en el vicio, en sus afanes, en
enfermedades o en aquellos lujos con los que adornaban sus casas.
A la luz de todo esto, yo llego a
las siguientes deducciones: Si quieres que Dios se interese por
tu casa, interésate tú por la Suya. Si quieres que bendiga tu casa, bendice tú
la Suya. Si quieres que provea para tu casa, provee para la Suya. Si te
preguntas cuánto debes dar, Dios estableció un mínimo con
el diezmo de tus ingresos: Traigan íntegro el
diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme
en esto —dice el Señor Todopoderoso—,
y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición
hasta que sobreabunde3. Lo que des por encima de eso, vendrá
determinado por tres cosas:
Tu capacidad de dar: Cada uno presentará su ofrenda
conforme a la bendición que el Señor, tu Dios, te haya dado4
Tu deseo de cosechar. Dios …multiplicará vuestra sementera
y aumentará los frutos…5
Tu amor: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y
con toda tu mente6
CONCLUSIONES
Tener como saco roto el recipiente en donde recibimos nuestros
salarios, es renunciar a la oportunidad de ser un colaborador en la Obra de
Dios.
Los sacos rotos son para aquellos que no se interesan en apoyar la
Obra del Señor a través de sus diezmos y ofrendas.
Tener un saco roto y querer ser bendecido por Dios para que
sobreabunden sus salarios y exista prosperidad, es querer convencer al
Todopoderoso que lo haga pasando por alto tu desinterés por su Obra.
Dios quitará como recipiente de nuestros salarios los sacos rotos
en la medida en que Su Casa y su Obra sea atendida de la misma manera en que
atiendes a tu casa propia.
REFLEXION
- El estar centrados en sí mismos nos lleva a correr el peligro de no pensar en ser de apoyo para al progreso de la Obra de Dios, ¿apoyas íntegramente con tus ofrendas y diezmos a la Iglesia a la que perteneces?
- Un saco roto representa el hecho de que tu jornal no te alcance o se te esfume por diversas cosas que no están dentro de tus planes gastar, ¿cómo consideras que es el estado de ti saco en donde recibes tu jornal?
- Si quieres que Dios se interese por tu casa, interésate tú por la Suya, ¿estás en total interés por atender las necesidades de la Casa de Dios en donde te reúnes?
- Dios no está en contra de que busques el progreso de tu familia y casa, el reclamo para los Israelitas fue porque ellos habían abandonado Su casa para atender la propia solamente, ¿buscas el equilibrio para atender la Casa de Dios y la tuya? ¿crees que esto es importante para tu vida y familia?
1 Hageo
1:4
2 Hageo
1:9
3 Malaquías
3:10
4 Deuteronomio
16:17
5 2
Corintios 9:10
6 Mateo
22:37
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